Solo Andalucía se niega a hacer los ajustes para atajar el déficit regional

La apuesta está hecha pero a partir de ahí, el Gobierno no está dispuesto a moverse ni un milímetro de su posición. Tras la flexibilización del objetivo global de déficit, el Ejecutivo tiene que demostrar su compromiso tajante con el nuevo escenario presupuestario y su mano firme con las administraciones que más recelos despiertan en Europa y en los mercados, por sus continuos incumplimientos, las autonomías. De ahí que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se reunió ayer con los consejeros de Economía autonómicos en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, no sucumbiera ayer a las peticiones de Cataluña y Andalucía, y a las presiones del principal partido de la oposición, el PSOE, para ampliar el límite de déficit de las comunidades autónomas.

Finalmente, solo Andalucía votó en contra del nuevo escenario presupuestario. Posición que Cristóbal Montoro no dudó en ligar con la proximidad de las elecciones. «Lamentamos la oposición de Andalucía a la austeridad y el control del gasto público», argumentó. Cataluña, pese a los recelos iniciales, finalmente se abstuvo en la votación, a la espera de conocer los Presupuestos estatales, y también Canarias se abstuvo.

Según el escenario aprobado el pasado viernes en el Consejo de Ministros, y al que ayer dieron el visto bueno la mayoría de las autonomías, serán estas quienes más tengan que reducir sus números rojos este año, en unos 15.000 millones de euros, ya que tendrán que pasar del 2,94% del PIB con que cerraron 2011, al 1,5%. El esfuerzo para la Administración central será, en teoría algo inferior, unos 12.000 millones de euros, desde el 5,1% del PIB, al 4%. Pero en la práctica las comunidades contarán con apoyos del Estado para cumplir esos objetivos.

El primero es el aplazamiento de la devolución de los anticipos a cuenta de los años 2008 y 2009, más de 23.000 millones de euros. Las comunidades podrán pagar en 10 años, en lugar de en los cinco que tenían previstos. Pero además, en las próximas semanas, el Estado les devolverá unos 8.000 millones de euros, más de la mitad del ajuste que tienen que hacer, en concepto de liquidación de los anticipos a cuenta del año 2010. Y, por último, el Gobierno ha puesto en marcha un mecanismo que les permitirá liquidar todas las facturas impagadas a sus proveedores a partir del mes de mayo.

En todo caso, el ministro justificó el mayor esfuerzo exigido a las autonomías en que han sido estas administraciones las que más se desviaron en 2011 y, por tanto, las que ahora tienen que corregir los excesos.

Pero el Gobierno tampoco dejará solas a las autonomías en esta tarea de reducción del gasto y podría poner en marcha iniciativas a nivel estatal que les permitirían afrontar los recortes. O al menos así lo pidieron algunos consejeros en la reunión con el ministro.

Montoro explicó que hay un grupo de trabajo en el seno del Consejo de Política Fiscal analizando propuestas para hacer más eficaz el gasto sanitario, educativo... Pero su posible puesta en marcha tardará al menos unos meses.

Y mientras los responsables de Hacienda y los consejeros autonómicos mantenían esta reunión, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recordaba a las comunidades que «todos tendrán que poner de su parte» para poder cumplir el objetivo de déficit del 5,8% para este año y que él «hará cuanto esté en mis manos para solucionar los problemas de todos». Rajoy respondía así a la pregunta que le había formulado en su primera sesión de control en el Senado el portavoz de CiU, Jordi Vilajoana, sobre lo que está dispuesto a hacer el Gobierno para equilibrar el déficit, informa Paloma Cervilla.

Mariano Rajoy advirtió que el «rumbo está marcado y el objetivo claro», señalando que a él le preocupa el déficit del Estado en su conjunto.