«Grecia debe irse del euro si no cumple»

El Norte y el Sur de Europa están de acuerdo en que Grecia debe salir de la zona euro si no cumple sus compromisos. Franceses, alemanes, italianos y españoles coinciden en este punto. Aunque el porcentaje es considerablemente más alto entre alemanes (78 por ciento) y franceses (65 por ciento) que entre españoles (51,7 por ciento) o italianos (que se muestran como los más benignos con un 49,9 por ciento).

Es sintomático que, al comentar los resultados de la encuesta, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, subraye que este sondeo «muestra hasta qué punto Grecia ha perdido la confianza de otros pueblos europeos». Y aproveche para recordar al Ejecutivo heleno que debe centrarse en cumplir sus deberes más que en mantenerse a la expectativa de lo que hagan los demás : «La tarea más importante a la que se enfrenta ahora el nuevo Gobierno heleno consistirá en llevar a cabo de forma rápida, sin desviaciones ni movimientos dubitativos, el programa previsto en común. Esa debe ser su tarea, y no preguntarse una y otra vez lo que los demás pueden hacer de su parte», subraya.

De hecho, los propios griegos son conscientes de tan impaciente estado de la opinión pública europea. Este ha sido de hecho uno de los principales factores que les han empujado a votar a sus partidos históricos, a los conservadores de Nueva Democracia y -en menor medida- a los socialistas del Pasok, pese a que ambas formaciones son las que han arrastrado al país a su actual infierno. Por más coléricos que se sientan con sus políticos y partidos tradicionales, les han dado su apoyo al considerar que, pese a todo, estos son los que mejor pueden defender la permanencia del país en el euro frente a eventuales maniobras de los socios para forzar la salida del país heleno.

Ahora bien, la opinión mayoritaria en Francia, Alemania, Italia y España es también muy consciente de que si no se supera la actual crisis helena y se pone a salvo su deuda, la situación empeorará en toda la eurozona. Precisamente son los españoles los más pesimistas: un 90,1 por ciento teme tal escenario. Lo que se explica en buena medida por el temor a que nuestro país sea el primero y el más afectado en caso de contagio generalizado de la crisis si esta entra en un escenario de catástrofe. El temor es también muy alto entre italianos ( 87,1 por ciento) y franceses (83,3 por ciento) y ligeramente inferior entre los alemanes (76,1 por ciento).

Las diferencias entre el Sur y el Norte son más acentuadas a la hora de pronunciarse sobre las posibilidades de que Grecia pueda salir del hoyo de su actual crisis. Los italianos son los más inclinados a considerar que Grecia podrá reducir su deuda y superar sus actuales dificultades gracias a la ayuda de la Unión Europea y de sus propios esfuerzos. Un 55,8 por ciento de los italianos son de esta opinión. De hecho son los únicos que mantienen su confianza de manera mayoritaria en que Grecia pueda salir del agujero. Solamente un 44,2 por ciento de los españoles creen que el país saldrá adelante. En tanto que en Francia el porcentaje se reduce a un 38,8 por ciento. Al tiempo que en Alemania tan solo un 27,6 por ciento de los encuestados cree que Grecia podrá conseguirlo.

Alemanes y franceses son asimismo muy pesimistas a la hora de evaluar las posibilidades de que algún día podrán recuperar el dinero prestado a Grecia . Un 84,9 por ciento de los franceses y un 84,4 por ciento de los alemanes piensan que los préstamos concedidos son dinero perdido, porque Atenas no podrá devolverlos nunca. Y aunque sin ser tan abrumador el porcentaje, también la mayor parte de españoles (72 por ciento) e italianos (64,8 por ciento) temen que el dinero prestado a Grecia es dinero perdido.

En definitiva, los datos de la encuesta muestran un acentuado pesimismo hacia Grecia, hacia sus posibilidades de salir de la crisis y de cumplir sus compromisos. Lo que tiene como colofón el extendido deseo de que Grecia abandone el euro si no puede salir adelante. Unos datos muy preocupantes para los propios ciudadanos helenos, que deben tener muy en cuenta cómo crece la impaciencia ante su interminable crisis, y cómo pueden ser expulsados de la eurozona si no espabilan.