Galán frenó la ambición de Florentino Pérez

La intención de Florentino Pérez, ingeniero de caminos, canales y puertos, era crear un gran grupo energético con la integración de Unión Fenosa (en la que ACS tenía el 45,3%) en Iberdrola, en la que llegó a superar ligeramente el 20% de su capital en 2011 tras invertir unos 6.000 millones de euros.

Ignacio Galán, ingeniero industrial, siempre receló de la entrada de ACS en el accionariado de Iberdrola bajo el pretexto de crear un núcleo duro español en un momento en el que había diversos movimientos empresariales en Europa. Esas sospechas fueron creciendo según iba aumentando la presencia de la constructora en su accionariado.

Por eso, a los pocos meses ACS fue declarado ‘non grato’ en Iberdrola y Galán dio órdenes de poner todas las trabas legales posibles para obstaculizar su presencia. Como cuando impidió que ejerciera todos sus derechos de voto -entonces del 12,3%- y los limitó al 3%, como determinaba la CNE (Comisión Nacional de la Energía). El motivo esgrimido fue que ACS también estaba presente en otra eléctrica (Unión Fenosa).

En su obsesión por desbancar a Galán en Iberdrola, Florentino Pérez vendió en el verano de 2008 el 45,3% que tenía en Unión Fenosa a Gas Natural. El objetivo de ACS era eliminar las trabas de la CNE y, además, obtener recursos financieros para afrontar la costosa guerra contra Galán. Esta operación estuvo valorada en casi 7.000 millones de euros.

Otra batalla se produjo en la junta de accionistas de Iberdrola en 2010, que rechazó el nombramiento de José María Loizaga como consejero en representación de ACS, que en esos momentos tenía un 19% de la eléctrica. Además de este veto, la junta aprobó reducir de 15 a 14 el número de puestos en su consejo . Dos años más tarde, la Audiencia Provincial de Vizcaya desestimó el recurso de apelación presentado por la constructora.

Los sucesivos traspiés y la crisis de 2010 provocaron que los títulos de ACS en Iberdrola perdieran la mitad de su valor, al mismo tiempo que los bancos presionaban a Florentino Pérez. Justo cuando Galán cumplía diez años en la presidencia de Iberdrola, ACS vendió sus últimos títulos en la eléctrica. Al final, Florentino perdió la guerra con unas minusvalías de más de 1.500 millones.