Francia también se hunde en el pesimismo

El Instituto nacional de estadísticas y estudios económicos (INSEE) anunció hace días un crecimiento practicamente nulo, rozando la recesión. Y sus encuestas de coyuntura, entre los empresarios, grandes y pequeños, son muy pesimistas. Las patronales de los grandes sectores (industria, construcción) se dicen «cada día más pesimistas», con exiguas carteras de pedidos, nuevos impuestos y malas perspectivas de crecimiento.

Los analistas financieros consultados por Le Monde y la France Press coinciden en unos pronósticos que van del negro purísimo al negro azabache.

Jean-Christophe Caffet, de Natixis, comenta: «El último trimestre será muy dificil. Pero todo puede empeorar el 2013, para Francia y toda la zona euro». A su modo de ver, «las perspectivas económicas francesas son muy sombrías. Francia es el único país europeos que siguen sin acometer los imprescindibles ajustes presupuestarios».

Nadie cree en las promesas presupuestarias del presidente Hollande, vaticinándose un incomplimiento de todos los compromisos europeos. «¿Reducir el déficit al 3 % el año próximo?», se pregunta Mathieu Plane, de Ofce, respondiendo: «¡Pura locura! Sería necesario consumar otros 20.000 millones de recortes, a los 37.000 anunciados».

Por su parte, los sindicatos anuncian «varias decenas de miles de despidos en el sector industrial», durante los próximos meses.

El gobierno de François Hollande tiene previsto presentar los presupuestos del Estado para el 2013 el próximo mes de octubre. Hace días se anunciaron recortes y subidas de impuestos por un montante de unos 37.000 millones de euros . Pero ese objetivo no satisface a nadie.

Los Verdes y el ala izquierda del PS votarán contra el proyecto de Tratado presupuestario europeo, que el presidente Hollande prometió hacer votar ante la Asamblea nacional. La izquierda del PS considera «infumables» los recortes y austeridad imprescindible para cumplir las promesas europeas. Por su parte, los analistas financieros temen que los recortes prometidos sean harto insuficientes para restaurar las cuentas del Estado.