Los tipos de bancos malos en Europa
Rajoy se plantea como posibilidad crear una entidad a la que se transfieran los activos de mala calidad
MARÍA JESÚS PÉREZ
Irlanda
La experiencia que tenemos de un país donde también hubo una importante burbuja inmobiliaria es que la decisión de crear un banco malo fue muy condicionante de que dicho país tuviera que pedir ayuda financiera posteriormente. Hablamos de Irlanda. El hecho es que el ... Gobierno de Irlanda anunció la creación de su primer banco malo: la Agencia Nacional de Gestión de Activos (NAMA), que en febrero de 2010 empezó a comprar activos de cinco entidades por 71.000 millones. La deuda pública del país se disparó por encima del 75% del PIB y en noviembre de ese año Dublín tuvo que aceptar el rescate de la UE y el FMI. El Ejecutivo pretendía resolver las dificultades del sector salvaguardando los intereses de los contribuyentes, con una valoración objetiva de los activos a adquirir e imprimir disciplina en la gestión de los préstamos y deudores. Pero lo peor, es que los contribuyentes han aportado ya 50.000 millones (más del 30% de su PIB) y, de momento, el vehículo acumula unas pérdidas de más de 1.100 millones.
Gran Bretaña
Northern Rock se convirtió en septiembre de 2007 en la primera víctima de la crisis financiera en Reino Unido, lo que provocó su nacionalización en febrero de 2008, convirtiéndose así en la primera entidad británica en pasar a manos del Estado en más de 30 años. Tras su paso a manos del Estado, el Gobierno decidió dividir la entidad en Northern Rock, que agruparía los activos saneados, y uno malo, que agruparía los activos hipotecarios bajo la marca Northern Rock Asset Management. En noviembre de este año, el Gobierno británico llegaba a un acuerdo para vender Northern Rock —la entidad que agrupa los activos saneados de la nacionalizada entidad de Newcastle —, a Virgin Money por 747 millones de libras (854 millones de euros) en efectivo, que podrían alcanzar en el futuro hasta 1.000 millones de libras (1.176 millones de euros). El Ejecutivo británico destacó que la operación representa un «paso significativo» en la privatización de las participaciones del sector público en la banca británica.
Alemania
En mayo de 2009, el Gobierno de Merkel dio luz verde a la constitución de bancos malos por parte de sus entidades. WestLB y Hypo Real Estate crearon los suyos con más de 200.000 millones en activos tóxicos. La operativa fue distinta a la del banco malo irlandés. Las ventajas de la participación en el esquema del banco malo alemán —a pesar de la disposición de los riesgos en el sistema bancario— es el alivio temporal de los balances de los bancos que libera capital desde el momento en el que el riesgo se reduce significativamente, por lo que permite al banco otorgar nuevos préstamos. Las pérdidas corren totalmente a cargo del banco, pero se extienden en el tiempo. Además, los bonos garantizados por el Estado pueden ser usados como garantía en refinanciación de operaciones con el eurosistema. El grado de incertidumbre se reduce significativamente desde el momento en el que los pagos por las compensaciones son fijos y el banco no se somete a depreciaciones adicionales sobre los activos transferidos.
Holanda
Si se sopesó o no la creación de un banco malo no trascendió de forma explícita, pero que el Gobierno holandés, en abril de 2009, tuvo que salir en ayuda e inyectar la nada despreciable suma de casi 10.000 millones de euros para «apuntalar» las finanzas de su principal banco, el ING —en graves dificultades debido a la crisis global— fue un hecho. Y con el contratiempo de que apenas unos días antes, el ING había tomado el control del banco islandés Kaupthing, que debió cesar en sus operaciones por efectos también de la crisis. En el momento en que se hizo cargo del Kaupthing, las autoridades de ING aseguraron que lo hacían desde una «posición de fortaleza y solidez», ya que, decían, el banco contaba con casi dos billones de dólares en activos y tenía más de 85 millones de clientes en todo el mundo. Pero poco tiempo después, según estas mismas autoridades en un ambiente dramáticamente variable, ING, segundo banco mundial de ahorros, debió aceptar la ayuda del gobierno holandés para evitar un colapso total.
Islandia
Islandia fue el primer país en sentir las consecuencias de la crisis económica mundial. Uno de los mayores bancos del país, el Landsbanki, había ofrecido altos tipos de interés en una cuenta de ahorro que resultó ser tremendamente atractiva para británicos y holandeses. Una vez que los mercados comenzaron a desplomarse, el gobierno británico descubrió que el banco estaba repatriando capitales y decidió congelar los fondos. Esto provocó la quiebra y el desplome en cadena de la banca islandesa, que debía a inversores extranjeros unos 4.000 millones de euros (un tercio del PIB del país), afloraron pérdidas por 100.000 millones y el PIB cayó un 15%. Inglaterra y Holanda, que habían garantizado estas inversiones reclamaron al gobierno islandés la devolución de su deuda y acordaron un plazo de 37 años y un tipo de interés del 3%. El Gobierno nórdico, en vez de aceptar su rescate, convocó un referéndum para que sus ciudadanos decidieran salvar o no a la banca. Y decidieron no hacerlo. Ahora, tras devaluar su moneda, Islandia está saliendo de la crisis.
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