El Eurogrupo aprueba definitivamente la ayuda a la banca española

Por su parte, la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que España firmará el martes el acuerdo.

El primer tramo de ayuda, que ascenderá a 30.000 millones de euros, estará disponible antes de fin de mes , aunque se mantendrá en reserva en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), para casos urgentes de recapitalización, un monto que incluye un «colchón de seguridad a largo plazo» de 10.000 millones. Mientras tanto, el FROB podrá anticipar ayuda a las entidades que lo precisen . El préstamo a la banca será un crédito a un tipo de intéres del 2,5%, con un plazo de amortización a 30 años, y un periodo de carencia de 10, y el plazo de vida media del préstamo se calcula que estará en 12,5 años.

Una suerte de troika -formada por la Comisión, el BCE y, en este caso, la Autoridad Bancaria Europea (EBA)- verificará cada trimestre el cumplimiento de las condiciones para la banca.

La banca tendrá que llegar al 9 % de capital de máxima calidad y, si las entidades resultan no ser viables, se liquidarán. Si tienen todavía futuro tendrán que abandonar actividades secundarias y vender participaciones y activos, reducir el número de oficinas o recortar personal.

La banca socorrida no podrá repartir dividendos y tendrá que limitar la remuneración de los ejecutivos y miembros de los consejos de administración, en tanto que los titulares de híbridos y de deuda subordinada -como son las preferentes- tendrán que asumir una parte de las pérdidas.

El vicepresidente de la Comisión Europea y encargado de asuntos económicos, Olli Rehn, ha saludado la aprobación por parte del Eurogrupo del programa sectorial de recapitalización de bancos españoles y recuerda en un comunicado que la vinculación de ese préstamo destinado a las entidades financieras con el programa de ajuste presupuestario para reducir el déficit público es «deliberado y pertinente».

En su comunicado, Rehn da a entender que el dinero puesto a disposición de las autoridades españolas debe ser asignado a «bancos solventes que no tienen acceso al capital privado por sus propios medios» dando a entender que alienta a cerrar aquellas entidades que no se consideren viables, puesto que el objetivo de esta asistencia financiera es «que al final del proceso emerjan entidades sólidas que no necesitarán ayudas públicas en el futuro» y que en todo caso, deberán cumplir con las reglas europeas sobre la intervención pública en compañías privadas.