Daimler es obligada de nuevo a llamar a taller a cientos de miles de vehículos

Esta decisión tiene lugar como conclusión de la investigación que la KBA abrió a principios de octubre, según los medios de comunicación alemanes. La agencia sospechaba que Daimler instaló en esos vehículos un «programa informático ilícito» para lograr que durante pruebas en laboratorio aparecieran como menos contaminantes de lo que en realidad son.

Daimler ya había tenido que llamar a revisión previamente a unos 700.000 vehículos , de los cuales cerca de 300.000 habían sido vendidos en Alemania, desde que estalló el escándalo de los motores diésel fraudulentos en 2015. La firma Volkswagen admitió que había trucado 11 millones de vehículos en todo el mundo .

El pasado mes de septiembre, el gigante alemán de automóviles aceptó sin apelación una orden de la Fiscalía de Stuttgart que le obliga a pagar una multa de 870 millones de euros por cientos de miles de vehículos diésel que violaron las normas de emisiones. «La compañía se abstuvo de presentar un recurso legal contra la multa», declaró en un comunicado. En su propia declaración, los fiscales de Stuttgart dijeron que la multa estaba relacionada con unos 684.000 vehículos que han sido señalados por emisiones excesivas por la Autoridad Federal de Transporte Automotor . «Los investigadores identificaron una violación negligente de las tareas de supervisión en la unidad Daimler que se ocupa de la certificación de vehículos a partir de 2008», reconocía el comunicado, «se otorgaron permisos oficiales para vehículos diésel, aunque sus emisiones de óxidos de nitrógeno (NOX) a veces no se correspondían con los requisitos reglamentarios».

La KBA ha ordenado la retirada de sucesivos lotes de vehículos Daimler en los últimos años, ya que ha descubierto emisiones más altas que las debidas, pero la compañía siempre ha negado su participación en el llamado escándalo «dieselgate» que estalló en 2015. «Daimler mantiene ... objeciones contra las órdenes de KBA», insiste el fabricante de Mercedes-Benz.

Volkswagen, por su parte, ha tenido que pagar más de 30 mil millones de euros en multas , costes legales y compensaciones, principalmente en los Estados Unidos. En Alemania, la marca Volkswagen y sus filiales Porsche y Audi han pagado multas similares a la de este martes contra Daimler, por un total de 2.300 millones de euros. Daimler ha aceptado las sanciones justificando que «es en el mejor interés de la compañía poner fin al proceso de infracción administrativa ... y así concluir este asunto».

La fiscalía ha advertido que tanto la multa como la obligación de llamar a los vehículos a taller, «no tiene ningún efecto en la investigación de los fiscales de Stuttgart sobre individuos en relación con la sospecha de manipulación del software de control motor». Tampoco afectará a las demandas civiles particulares o colectivas contra Daimler por emisiones excesivas.

Como consecuencia de este proceso, l as acciones de Daimler han estado sufriendo en los mercados , pero la empresa confía en mantener sus resultados en línea con los del ejercicio anterior, a pesar de haber aumentado en centenares de millones de euros las provisiones de fondos para los problemas relacionados con sus vehículos diésel. A finales de junio emitió una advertencia sobre beneficios, tras constatar su obligación de retirar del mercado 60.000 vehículos diésel Mercedes en Alemania equipados con software destinado a distorsionar las pruebas de emisiones.

El propietario de Mercedes-Benz, con sede en Stuttgart, está siendo investigado por sus emisiones de diésel en Europa y Estados Unidos. En el pasado mes de abril, los reguladores de defensa de la competencia de la UE acusaron a BMW, Volkswagen y Daimler de conspirar para bloquear el despliegue de la tecnología de emisiones limpias. Desde entonces, Daimler ha reducido su previsión de rentabilidad de las ventas de furgonetas Mercedes-Benz. Ahora prevé una rentabilidad negativa, entre -2% y -4%, por debajo de su pronóstico anterior de un retorno sobre las ventas del 0% a 2%.

En 2018, Daimler registró un beneficio neto atribuido de 7.249 millones de euros durante el año pasado, con un 29% de disminución si se compara con las ganancias de 10.728 millones de euros del ejercicio precedente. El presidente de la empresa, Dieter Zetsche, ha reconocido que la multinacional se enfrenta «a fuertes vientos en contra», que se ven reflejados sobre el balance y sobre el precio de la acción de la corporación.