El gobierno de Cameron afronta la mayor reforma bancaria de su historia
El «informe Vickers» da ocho años de plazo a las entidades británicas para aislar su banca minorista de la de inversión y eleva sus reservas de capital al 10% en 2019
borja bergareche
El gobierno británico ha anunciado esta mañana que apoya las medidas y el calendario de reformas del sistema bancario recomendado por un informe de expertos publicado este lunes, y que obliga a las entidades financieras a separar su banca comercial y minorista de la de ... inversión en 2019. Las acciones de los principales bancos británicos han bajado en torno al 4% esta mañana en el caso de Barclays, Lloyds y Royal Bank of Scotland, y algo menos del 2% en el caso de HSBC.
El Ejecutivo que preside David Cameron convocó en junio de 2010 una comisión de expertos para redactar una propuesta al gobierno. La comisión está presidida por Sir John Vickers, un prestigioso economista del ámbito universitario y decano del All Souls College de Oxford desde 2008, y formada por otros cuatro expertos. A las 6 de la mañana (hora peninsular) la comisión ha remitido su informe de 252 páginas y más de 100 de anexos [ Consultar aquí el informe ] a los bancos británicos, dos horas antes de enviarlo al ministro de Finanzas, George Osborne, que lo ha recibido positivamente, como se esperaba.
“Creo que la comisión ha hecho un buen trabajo. Ahora le toca al gobierno trabajar para implementar la reforma, en los plazos que propone el informe”, ha afirmado Osborne nada más conocerse su contenido.
Un plazo de ocho años
La reforma, considerada “la más ambiciosa” de la historia por el jefe de Economía de la BBC, Robert Peston, obliga a los bancos a aislar sus sucursales de banca minorista (donde residen las cuentas y depósitos de los ciudadanos) de la banca de inversión. Como ya anticipó en el informe preliminar que presentó en abril de este año, la “comisión Vickers” ha descartado alternativas más radicales como el desmembramiento societario de los dos tipos de actividad financiera.
Además, después de una fuerte campaña de presión del poderoso “lobby” de la City, el informe otorga un plazo de ocho años a las entidades para aplicar sus recomendaciones. El año elegido, 2019, coincide con el de la entrada en vigor de la nueva normativa financiera internacional contenida en el acuerdo de Basilea III, y va mucho más allá del plazo hasta 2015 que los analistas habían anunciado.
La separación busca aislar la banca más cercana a los ciudadanos de posibles rescates a las divisiones de banca financiera en caso de nuevas turbulencias bancarias , como las que llevaron en 2009 a nacionalizar el 83% del Royal Bank of Scotland y el 41% de Lloyds, todavía en manos del gobierno.
Las medidas contenidas en el informe incluyen la obligación de mantener una ratio de reservas de capital Tier 1 (el dinero de mayor calidad) del 10%, tres puntos por encima de las indicaciones de Basilea III. Además, los bancos deberán elevar su capacidad de absorción de pérdidas hasta el 17-20% de sus activos de riesgo . Esta obligación de mayores reservas busca minimizar la necesidad de rescates con dinero público en caso de fuertes pérdidas, y dibuja una suerte de cordón sanitario que impedirá a los bancos tocar los ahorros de los contribuyentes en caso de pérdidas en el “casino financiero”, término con el que el ministro de Industria, el liberal Vince Cable, se refiere a la banca financiera. Estas dos obligaciones de reservas situarán a los bancos británicos en los parámetros más exigentes del mundo, junto a las entidades suizas.
Los autores del informe se han defendido este lunes en rueda de prensa de las acusaciones de haberse plegado a las presiones del sector al establecer un plazo más amplio del esperado. “La prioridad es sacar a los contribuyentes del problema, pero 2 015 sería demasiado pronto incluso si se adoptara la legislación necesaria este mismo año”, ha dicho el propio Vickers. Mañana se espera que el canciller Osborne aclare en el parlamento el calendario de aplicación de la reforma, que requiere la adopción de una nueva ley en el parlamento en esta legislatura.
Representantes del sector han alertado del riesgo de que l a separación limite la capacidad de ofrecer crédito de las entidades bancarias , al no poder cruzar fondos de sus actividades minoristas con la financiera. Entidades como Barclays tienen gran parte de su negocio en potentes brazos financieros –Barclays Capital-, y el impacto de las reformas podría costarle 1.100 millones de euros, según algunos cálculos.
El propio informe, que reconoce haber optado por la vía menos radical –“la reforma está compuesta deliberadamente de elementos moderados”, afirma- cifra el posible coste de la reforma entre 5.000 y 8.000 millones de euros para los bancos. Algunos, como HSBC, han apuntado a la posibilidad de sacar su sede del Reino Unido, y volver a Hong Kong en el caso del HSBC.
La fuerte incertidumbre de la situación en Grecia , el pálido crecimiento previsto para la economía británica en el segundo semestre del año, y el rechazo de los socios liberales de la coalición de gobierno a bajar el máximo del 50% de impuestos sobre las rentas más altas, tal y como demandan los financieros de la City, dibujan un panorama que lleva a cada vez más empresas del sector a plantearse el abandono del Reino Unido.
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