Alemania estrecha el cerco sobre Draghi
El presidente del Bundesbank amenaza con dimitir si Merkel da luz verde a un nuevo programa de compra de deuda
F. P. M.
No se puede decir que Berlín se lo esté poniendo fácil a Mario Draghi. El BCE debería aclarar el próximo jueves el mecanismo para rebajar el acoso de los mercados sobre la deuda española e italiana y la presión desde Alemania se ha ... multiplicado durante los últimos días con mensajes cada vez más contundentes. Y si hay un corifeo entre la claque de voces que advierten de los peligros de una intervención del BCE en el mercado de deuda ese es Jens Weidmann.
El presidente del Bundesbank, el banco central alemán, que ya se descolgaba el pasado fin de semana con unas declaraciones en las que comparaba los programas de compra de bonos con una droga, habría amenazado ante sus colaboradores con presentar su dimisión si Merkel cede y abre la mano a los planes de Draghi, según «Bild».
El órdago es especiamente significativo por el ascendiente que el presidente del Bundesbank tiene sobre la canciller, de la que fue asesor durante varios años. « Creo que es bueno que Weidmann realice advertencias constantemente. Le respaldo, es bueno que tenga tanta influencia en el BCE», sentenciaba Merkel después de que Weidmann lanzara su controvertida metáfora adictiva.
Aunque fuentes del Bundesbank negaron ayer a Efe que Weidmann se haya manifestado sobre una posible dimisión, las informaciones sobre su espantada han provocado un notable revuelo en Alemania. El viceportavoz de Merkel, George Streitmann, se apresuraba ayer a reafirmar el respaldo de la canciller a su banquero. Según «Bild», Merkel habría pedido expresamente a Weidmann que no saltara del barco, pero este parece seguir empeñado en su cruzada contra las compras de títulos soberanos.
Las amenazas de Weidmann cobran verosimilitud porque ya existen precedentes. En 2011, el entonces presidente del Bundesbank, Axel Weber, presentaba su dimisión por su oposición al programa de compra de deuda del BCE. Weber se perfilaba como el sustituto natural de Trichet, pero también renunció a esa carrera, frustrando las aspiraciones de Merkel de posicionar a una alemán al frente del banco europeo. Al rebufo de Weber, y por idénticas razones , también presentó su renuncia el entonces economista jefe del BCE, Jurgen Stark.
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