Bruselas quiere que manipular el Libor sea delito

El «número dos» del Banco de Inglaterra niega que el gobierno presionara a Barclays para bajar sus tipos de referencia, a pesar del miedo a que la entidad necesitara ser nacionalizada

Bruselas quiere que manipular el Libor sea delito REuters

borja bergareche

El comisario europeo responsable de la regulación de los servicios financieros, el francés Michel Barnier, anunció este lunes que quiere añadir la «manipulación directa de índices como el Libor» al catálogo de conductas de manipulación del mercado que recoge un proyecto legislativo negociado actualmente entre ... el Parlamento europeo y el Consejo de Ministros de la UE. La propuesta forma parte de un amplio paquete de reforma de los mercados financieros, que convertirá en delito en los 27 Estados miembros ciertas conductas no reguladas hasta ahora .

«Debemos sacar lecciones del caso Libor», dice el comisario Michel Barnier

«Debemos sacar lecciones del caso Libor», aseguró Barnier, «y acabar con el vacío legislativo», ha dicho, tras la imposición de una multa récord en EE.UU. y Reino Unido a Barclays por declarar tipos de interés interbancario diferentes a los que les exigía el mercado en 2005-2009. Una «traición» con potenciales «consecuencias sistémicas», dijo Barnier a «Financial Times».

Mientras, el lunes emergieron también nuevos detalles sobre la manipulación «a la baja» del índice tras el «crack» financiero de 2008, una conducta que el dimitido consejero delegado de la entidad, Bob Diamond, limitaba a catorce «traders» de la mesa de Tesorería del banco. El «número dos» del Banco de Inglaterra, Paul Tucker, compareció a petición propia ante el la comisión de Finanzas del parlamento británico para aclarar que en ningún momento el gobierno de la época le pidió que presionara a Barclays para que bajara su Libor.

Paul Tucker se defiende

Barclays le puso en el disparadero la semana pasada, al hacer pública una conversación entre Tucker y el dimitido consejero delegado, Bob Diamond, en octubre de 2008, que habría generado la impresión en la entidad bancaria de que la manipulación del Libor contaba con las bendiciones del banco central. La versión que transmitió Diamond «daba una impresión equivocada», contraatacó Tucker el lunes.

El directivo del banco central se mostró «arrepentido» de no haber guardado su propia nota de la conversación. Pero explicó que él habría recogido sus términos así: «¿Están seguros de que ustedes, dirección de Barclays, están supervisando las operaciones diarias de la mesa de tesorería? ¿Están asegurándose de que no les harán saltar por el precipicio involuntariamente al señalar que deben pagar altos precios para financiarse?».

El aspirante a dirigir el banco central se mostró siempre cauto –«No he refrescado la memoria de todo lo que pasó en aquellos días»–, dijo en varias ocasiones. Tan aprensivo y evasivo fue que, en un momento dado, el presidente de la comisión, el conservador Andrew Tyrie, le recriminó: «Esto no tiene buena pinta, señor Tucker». Tucker justificó la falta de actuación de los reguladores que criticaron varios diputados porque «pensábamos que era un mercado que funcionaba mal, no un mercado que engañaba».

«¿Cree que el Royal Bank of Scotland es igualmente culpable [de manipular el Libor]?, le preguntó un diputado. «No tengo pruebas de ello, no tengo ni idea», contestó Tucker, quien aseguró haberse enterado del fraude al Libor recientemente.

Ningún ministro presionó

Varios correos electrónicos desclasificados ayer gracias a la Ley de Transparencia confirman que, tal y como expuso Diamond la semana pasada, existía en el «establishment» un temor extendido de que Barclays podría necesitar ser nacionalizado. Los emails indican que el contacto entre el banco central y Barclays eran diarios en las semanas después a la caída de Lehman Brothers. El gobierno británico tuvo que nacionalizar Northen Rock y el Royal Bank of Scotland, y muchos interpretaban los elevados niveles de Libor transmitidos por Barclays en el otoño de 2008 como un reflejo de su débil situación financiera.

Los correos muestran además que fue Jeremy Heywood -el funcionario de mayor rango bajo el primer ministro de la época, el laborista Gordon Brown- quien transmitió esos temores al banco central, y no un cargo político laborista, como ha denunciado el ministro de finanzas conservador, George Osborne, en su intento de salpicar con el escándalo a los líderes de la oposición laborista –Ed Miliband y su portavoz económico, Ed Balls–, que ocuparon cargos ministeriales en el ámbito económico.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios