La Bolsa española salva los 9.000 puntos pese a la incertidumbre china y la caída del petróleo

Todos los grandes valores del IBEX 35 han cerrado en rojo, encabezados por Repsol , con una caída del 3,96 %, seguido de Banco Santander, que ha perdido el 2,05 %; BBVA el 1,28 %; Telefónica el 0,77 %; Inditex el 0,35 % e Iberdrola el 0,08 %. Sólo dos acciones han esquivado las pérdidas: Endesa (+1%) y FCC (+0,7%).

En las cuatro primeras sesiones del año, el Ibex ha registrado tres sesiones en negativo , lo que ha llevado al selectivo a perder un 5%, desde los 9.544 puntos con los que despedía el año. La prima de riesgo se ha situado en los 120 puntos básicos.

La incertidumbre se ha extendido fuertes pérdidas entre las principales plazas de Europa. Francfort ha liderado la tendencia bajista, con una caída superior al 2%, seguido de cerca de Londres. El euro, por su parte, se intercambiaba por 1,0851 dólares al cierre de sesión.

La tensión en China se ha desencadenado ante el temor de que el próximo lunes 11 de enero se produzcan ventas masivas en sus mercados financieros. El regulador estableció el pasado julio que un billón de títulos de grandes accionistas quedarían bloqueados durante seis meses. Muchos inversores se están adelantando en las ventas antes de que sus acciones puedan perder valor. Debido a las dudas que ha generado el mercado asiático, Pekín ha suprimido el mecanismo de suspensión de la Bolsa china, que llevaba en funcionamiento desde el pasado 4 de enero.

El desplome bursátil chino se ha contagiado además a otros mercados asiáticos por una nueva devaluación del yuán frente al dólar . Tokio caía más de un 2% después de que el Banco Popular China ha fijado el punto medio de su tasa cambiaria en 6,5646 yuanes por dólar, el nivel más bajo desde marzo de 2011.

Otra tendencia que arrastra a las Bolsas a la baja es el bajo precio del petróleo. El barril de crudo Brent seguía cayento en picado y cotizaba por debajo de 33 dólares por primera vez desde abril de 2004.

El Brent ha profundizado su caída ante la perspectiva de que las tensiones entre Arabia Saudí e Irán impidan un eventual acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para restringir su producción a fin de impulsar los precios.