El banco portugués BCP, en caída libre

Es el termómetro de sus acuciantes necesidades de ampliación de capital, acreditadas por el Banco de Portugal. El parqué de la capital echa chispas cada día cuando su marca salta a los paneles electrónicos y las perspectivas son muy negativas.

Así, va superando diariamente sus mínimos históricos, tal cual sucedió este 14 de junio, cuando llegó a marcar 1,85 céntimos de euros. Se quedó en los dos céntimos al final, pero acumula cinco sesiones seguidas de fuerte depreciación.

El hecho se contextualiza en el efecto dominó generado por el grave momento que atraviesan los círculos financieros lusos, faltos de liquidez y pendientes de operaciones tan cruciales como la venta de Novo Banco.

Además, la volatilidad se ha instalado en los mercados del sur de Europa en cuanto sale a flote la palabra 'riesgo', pues deberían convertirse en refugio para el capital que huye del temor al 'Brexit' y, sin embargo, terminan por ahuyentar a los grandes inversores debido a sus dificultades internas, sobre todo en Portugal.

El presidente del BCP, Nuno Amado , rechazó hace unos días la eventualidad de un aumento de capital casi forzoso, pero sus palabras no han tranquilizado a los operadores.

Los bancos portugueses se muestran muy dependientes del BCE, pues en mayo solicitaron a Mario Draghi un préstamo de 25.000 millones de euros. Una cantidad similar a la que habían pedido un mes antes.