La banca comienza su verdadera guerra contra la pandemia

En 2020, las entidades financieras se han visto obligadas a sacrificar beneficios a cambio de construirse una coraza para el futuro. Unas más y otras menos, pero todas han realizado provisiones millonarias; sin olvidar, también, los ajustes en el fondo de comercio. Ejemplo de esto último se encuentra, principalmente, en Banco Santander, cuyo saneamiento contable le forzó a reconocer unas pérdidas netas de 10.800 millones hasta el primer semestre, que se vieron aminoradas hasta alrededor de 9.050 millones hasta septiembre.

El cierre de ejercicio es todavía una incógnita, pero en el sector se piensa ya en cómo mantenerse protegidos de cara a 2021. «Las entidades han dotado provisiones extraordinarias a lo largo de 2020 y, seguramente, lo harán también en el cierre de año, pero tendrán que seguir haciéndolo en 2021», sostiene Carmelo Tajadura, economista y experto en banca. Las entidades continuarán aumentando sus provisiones en el cuarto trimestre y, previsiblemente, en este año que entra. El Banco de España viene empujando en esa línea, precisamente. Y por ello, Margarita Delgado, la subgobernadora, tiró de las orejas al sector en el XXVII Encuentro del Sector Financiero ABC-Deloitte: «Hay que señalar que en el tercer trimestre se ha relajado considerablemente el importe de las dotaciones, lo que no parece muy prudente en las actuales circunstancias».

Esas palabras las pronunció en plena segunda ola y en el supervisor, según fuentes financieras, tienen claro que han de seguir presionando a la banca para que no se relaje. Por lo pronto, fuentes bancarias apuntan a que hay entidades grandes y medianas que ya están trabajando con consultoras especializadas para pulir sus herramientas para hacer frente a la llegada de la morosidad. Porque los apoyos gubernamentales están decayendo -a algunos todavía les queda tiempo- y ante situaciones extraordinarias se requieren medidas extroardinarias.

Por el momento, a cierre del tercer trimestre, ninguno de los seis grandes bancos españoles superaba el 5% de tasa de mora, cuando en la anterior crisis se llegó a pasar ampliamente el 13%. Solo Bankia con un 4,9% se acerca peligrosamente a esa barrera, aunque esa posibilidad quedará diluida con su integración en Caixabank.

Tajadura, por su parte, defendía hace meses que la morosidad podría llegar a superar el pico de los años noventa del 9%, pero en vista de que el vencimiento de algunas moratorias, por ejemplo, no han ocasionado demasiados problemas, ahora estima que esa cota no tiene visos de alcanzarse. En el Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE), tirando de prudencia, sí que parecen ser algo más pesimistas, pero en las entidades no esperan que ese 9% llegue a materializarse.

Con todo, los plazos para que la mora dé la cara se han retrasado ligeramente. En verano y otoño se daba por hecho que 2021 sería el año más duro para el sector financiero, pero hay quien, como Tajadura, avisa de que ese golpe definitivo podría retrasarse a 2022. En este sentido, cabe recordar que el Gobierno ha ampliado a 12 meses más (2022) hace relativamente poco el plazo de carencia de los créditos avalados por el ICO. Este ejercicio que entra empezarán a subir ciertos impagos, como podrían ser hipotecarios o de crédito al consumo, pero los ICO se reflejarían el año siguiente.

«Hay que confiar en el test de estrés que hizo el Banco de España y que aseguran que en un escenario adverso la banca dispone de capital suficiente para afrontar las pérdidas. El problema es que es una estimación promedio para el sector bancario que enmascara diferencias entre entidades. Obviamente, las que parten de menores niveles de rentabilidad y solvencia y están más expuestas a los sectores más afectados por la crisis sufrirán más, y no es de descartar que necesiten reforzar su capital», explica Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia. En términos de ratio de solvencia, BBVA es el que partiría de una posición más baja, en el entorno del 11,52%. Sin embargo, tras deshacerse de su filial en Estados Unidos por 9.700 millones, logrará apuntarse 300 puntos básicos de capital.

La incertidumbre, así, es total en el sector, reconocen fuentes bancarias. Y el peor desenlace sería llegar a una crisis financiera, lo cual se descarta... de momento.