Banca al borde de un ataque de nervios

Declaraciones realizadas en «off» pero que muchos se atrevieron a verbalizar estos días pasados durante el seminario organizado por la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, como el presidente de Bankia , José Ignacio Goirigolzarri ; el de Caixabank, Jordi Gual ; el primer ejecutivo de ING España y Portugal , César González-Bueno ; e incluso el propio presidente de la patronal bancaria, la Asociación Española de Banca (AEB) , José María Roldán .

Todos replicaban a viva voz las declaraciones que en el mismo foro lanzaba el vicepresidente del BCE , Luis de Guindos . El exministro aseguraba que «(esta política monetaria) no es una causa de la baja rentabilidad de la banca europea por una razón: los tipos bajos han generado una situación de recuperación económica que ha permitido la reducción de los préstamos dudosos, además de un incremento de la demanda de crédito. Desde una visión global ha tenido un impacto positivo».

Pues... no, esta no es la creencia generalizada ni en el sector ni entre muchos economistas y analistas españoles, que se sienten incomprendidos por el supervisor, del que no entienden que siga erre que erre con mantener los tipos bajos y en pensar incluso en ponerlos en negativo. Se quejan de que no les escuchan y están convencidos de que el BCE parte de una premisa equivocada, a partir de estudios empíricos en su poder, que concluyen que la banca está completamente saneada, con beneficios y concediendo préstamos sin problemas, y que ahora hay que seguir con más fusiones para convertirse en el futuro en grandes empresas de servicios.

Así de claro dicen que parecen tenerlo en el BCE . Una conclusión que no será al 100% la que subyace tras la decisión de Draghi y los miembros del consejo de gobierno de la autoridad central. Quizás hayan pensado que toca «proteger», por un lado, el futuro de la economía de la Unión Europea ante una próxima crisis y, por otro, no ir en contra de la política que ahora retoma la Reserva Federal de Estados Unidos, ya que en su última reunión algunos preveían que podía revertir la tendencia al alza de los tipos de interés, y bajarlos. Pero no fue así. Los mantuvo.

¿Entonces por qué hacer las declaraciones que hizo Draghi anunciando posible bajada de tipos y más estímulos? Algunos creen que el supervisor está metiéndose en un jardín sin flores, muy peligroso, una auténtica guerra de divisas con Estados Unidos que tiene difícil salida, dada la actitud beligerante del presidente norteamericano, Donald Trump , con todo lo que le huele a «boicot» contra su país.

De hecho, en mentideros políticos españoles aseguran que desde la Administración Trump se ha avisado ya al Gobierno en funciones de Pedro Sánchez de que no están dispuestos a negociar nada ni a sentarse para discutir ni hablar de nada con ministros o interlocutores que vengan de pactos con la izquierda radical -refiriéndose a Podemos -. Y en esas está el doctor Sánchez ahora, intentando convencer al líder de la formación morada, Pablo Iglesias , de que, por ejemplo, cualquier dirección general de entes públicos es similar en poder al puesto en un ministerio o secretaría. Un mensaje desde Bruselas que ha recibido nuestra ministra con más currículum en Europa , la de Economía , Nadia Calviño , a la que le han hecho llegar una advertencia clara: otorgar puestos de alto rango de representación a miembros podemitas es «casus belli» para Trump .

Algo que, en principio, es lo que menos preocupa, visto lo visto, entre nuestros principales financieros. Estos están convencidos de que en Europa creen que llevan en beneficios desde hace un par de años -cierto, pero es debido a que dejaron de hacer provisiones al ladrillo, algo que, por cierto, tendrán que volver a hacer en breve- tienen que centrarse en seguir ajustando el número de entidades en el mercado. Y de seguir hablando todos con todos. Hasta quedar cuatro o cinco grandes entidades financieras. Eso sí, en un mercado de estrechos márgenes ya insoportables precisamente por los prolongados bajos tipos de interés.

Ahora bien, hoy, en Europa , me cuentan que del sector en España solo preocupa BBVA . Banco Popular ya es historia, y piensan que es un caso bien resuelto. ¿Para qué removerlo? (veremos). Pero no quieren que ninguna situación actual empañe la recuperada reputación del sistema financiero español. No en vano, parece que el BCE está muy encima del banco que preside Carlos Torres, a quien ha pedido por activa y por pasiva que lee envíen cuanto antes las conclusiones de la investigación que Pwc está realizando respecto a la relación de la entidad con la empresa Grupo Cenyt del excomisario José Manuel Villarejo , si bien no se conforma con un cierre en falso. Quieren conclusiones y medidas. Para después, poder retomar las fusiones. Y si la unión natural es Bankia con Sabadell, por ejemplo, quizás mejor podrían aprovechar el tirón y casarse con BBVA , eso sí con José Ignacio Goirigolzarri al frente. Mientras, la banca mediana intentaría ceder para ser absorbidas por Santander, Caixabank o con las entidades resultantes tras las conversaciones de Sabadell y BBVA con Bankia . ¿La situación es o no para estar de los nervios?