La confianza de los consumidores marca un nuevo máximo y se sitúa en los 101,8 puntos

El ICC de abril se situó en 101,8 puntos, 1,4 puntos por encima del dato del mes anterior. El avance se produce por el incremento en la valoración actual de 3,9 puntos, superior a la caída de 1,1 puntos experimentada por el índice de expectativas.

Si se compara con el mes de abril del pasado año, el incremento del ICC alcanza los 19,8 puntos, con ganancias de la valoración de la situación actual de 24,8 puntos y de 14,9 puntos de las expectativas.

El índice de valoración de la situación actual se situó en abril en 91 puntos, nuevo máximo histórico y que supera en 2,7 puntos el anterior máximo de su serie, obtenido en junio de 2007.

Esta evolución positiva del indicador es el resultado de una mejor valoración de sus tres componentes, especialmente el de la situación de los hogares, que creció 4,9 puntos, y la del empleo, que aumentó en 4,3 puntos. Asimismo, la valoración de la evolución general de la economía aumentó 2,7 puntos.

El índice de expectativas alcanzó en abril los 112,6 puntos, lo que supone una caída respecto al mes anterior de 1,1 puntos. Este descenso se debió al retroceso de 3,7 puntos en las expectativas de los hogares y de 0,6 puntos de la situación económica, frente al incremento de 1,1 puntos de las expectativas referidas al mercado de trabajo.

En abril descendieron ligeramente las expectativas de consumo y más débilmente las expectativas de ahorro, mientras que los temores de subidas en los tipos de interés permanecen estables y continúan aumentando las expectativas de subida de precios.

El Indicador mensual de Confianza del Consumidor (ICC) ha sido elaborado en España por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) entre 2004 y 2011. El ICC se calcula como media aritmética de los balances de la situación actual de la economía familiar, de la economía española y del empleo, respecto a la que existía hace seis meses, y de las expectativas respectivas para los próximos seis meses.

El ICC recoge mensualmente la valoración de la evolución reciente y las expectativas de los consumidores españoles relacionadas con la economía familiar y el empleo, con el objetivo de anticipar sus decisiones de consumo. El indicador recoge valores de entre 0 y 200, y se considera que a partir de 100 la percepción es positiva y por debajo, negativa.