¿Existe riesgo de deflación? ¿Es positiva la bajada del IPC?

Ante la caída del apodado «precio del carro de la compra» suenan campanas de deflación o depreciación del euro, pero también se escuchan voces que defienden que el dato del IPC muestra una estabilidad estructural de precios donde no hay cabida para tensiones deflacionistas o inflacionistas.

La Unión Sindical Obrera (USO) considera que el nuevo descenso de los precios en julio «refleja nuevamente los vicios que se están instalando en el mercado laboral español y en la economía real: trabajo precario, bajas remuneraciones, escaso estímulo de la demanda interna y créditos que no llegan a las familias ni a las empresas». El sindicato destaca que «el fantasma de la deflación vuelve a instalarse en nuestro país», ya que la segunda mitad del año «ha arrancado con tasas negativas en los precios», por lo que «la mejoría de las expectativas de crecimiento y la recuperación económica continúan ralentizándose».

Las organizaciones sindicales mayoritarias, CCOO y UGT, siguen la misma línea que USO y reclaman aumentos salariales para estimular el consumo y combatir el «riesgo de deflación».

Para la Federación de Organizaciones de Profesionales, Autónomos y Emprendedores (OPA), según ha señalado su el presidente, Camilo Abiétar, el descenso del IPC indica que si bien puede suponer un «respiro» para los bolsillos de los autónomos, se da también la circunstancia de que la caída continuada del IPC puede tener efectos negativos, como son la bajada o congelación de los salarios. Asimismo considera que el indicador muestra un crecimiento lento del consumo por la «crisis psicológica» en la que están sumidas las familias «que han ahorrado más durante los últimos dos años que en varias décadas». Para OPA, «si existe riesgo de deflación, siempre y cuando no se reactive el comercio y siga cerrado el grifo de financiación a pymes y autónomos».

Por el contrario, economistas, algunas organizaciones de autónomos y el Ministerio de Economía, consideran que esta moderación de los precios «incide favorablemente sobre el poder adquisitivo de las rentas y el consumo».

Juan Iranzo, presidente y consejero del Consejo General de Colegios de Economistas (CGCEE) valora positivamente la caída del IPC pues «va en la línea del gran acierto que ha realizado España de una devaluación interna de precios y salarios», además, disipa todo temor a corrientes deflacionistas pues considera que «no estamos en deflación sino en una clara estabilidad de precios, que es estructural». No se manifiesta el supuesto efecto negativo de la deflación pues «ante expectativas de nuevas bajadas de los precios, el consumo se retrae y no se está retrayendo, sino todo lo contrario» afirma.

Para Iranzo, «cada vez hay menos tensiones deflacionistas o inflacionistas de oferta y demanda pues un incremento de la oferta va acompañado de un aumento de la demanda». Por otro lado afirma que aunque se haya depreciado levemente el euro sigue siendo una moneda fuerte que es «anti-inflacionista».

No solo expertos economistas o el Ministerio del rango valoran positivamente el dato difundido por el INE. La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) cree que el IPC finalizará el año en niveles moderadamente positivos, alrededor del 0,3%, opinión que también comparte el presidente y consejero del CGCEE que considera «mejorará el poder adquisitivo de los pensionistas»

La organización presidida por Lorenzo Amor señala que la bajada de precios de la electricidad y la estabilidad en los de los carburantes «no es una mala noticia para los autónomos, al contrario». «El coste adicional a sus negocios que supuso el año pasado las subidas de luz y gasolina redujo su competitividad que este año se va a ver mejorada sensiblemente», añade.

Sin embargo, todos aquellos que consideran positiva la bajada del IPC alertan del peligro de una excesiva bajada de los tipos de interés o la puesta en marcha de políticas demasiado expansivas que causen una inflación de activos elevando el precio de la deuda nacional.