Standard & Poor's eleva el rating de la banca española por las mejoras de la economía

Además, la agencia eleva hasta el 1,6% su perspectiva de crecimiento sobre la economía española para el periodo 2014-2016, frente al 1,2% previsto hasta ahora. En su nota, S&P alaba las reformas estrucutrales implementadas en nuestro país desde el año 2010, poniendo especial énfasis en la reforma laboral.

Tampoco escapa a su lupa la actuación de las autoridades europeas, y en clara alusión a los anuncios que podría hacer mañana el presidente del BCE, Mario Draghi, la agencia insta a las autoridades europeas a mantener el actual rumbo de la política monetaria.

S&P ha explicado en un comunicado que la decisión se deriva de las perspectivas de un mayor crecimiento económico y una recuperación gradual del empleo en España, factores que ayudarán a mejorar la situación de empresas y familias, además de mejorar la posición de liquidez del sector financiero. La agencia estadounidense subraya que mantiene una visión positiva de la tendencia del riesgo económico para el sistema bancario español.

Así S&P sube la calificación de cuatro bancos españoles y cinco filiales, mejorar la perspectiva de otros cinco, y mantiene la perspectiva «estable» un caso y la «negativa» en otros dos. El Banco Santander pasa de una calificación de «BBB» a «BBB+» con perspectivas estable, mientras que BBVA sube a «BBB» desde «BBB-» y perspectiva estable. Cecabank pasa de BB+ a BBB- y perspectiva positiva, y Bankinter de BB a BB+.

Barclays es la única que ve reducida su calificación, pasa de BB a BBB-, después de la decisión de su matriz de salir de país. Además ha subido de estable a positiva la perspectiva sobre el rating de Caixabank «BBB-», Banco Sabadell «BB», Bankia «BB-» y BFA «B», mientras que eleva de negativa a estable la de Kutxabank «BBB-». S&P ha mantenido estable la perspectiva de Ibercaja Banco «BB» y la «negativa» en los casos de Banco Popular «B» y NCG Banco «B+».

Esta decisión se conoce el mismo día que S&P anunció que pone bajo vigilancia a la francesa BNP Paribas, con posibilidad de bajarle la calificación una vez se resuelva la decisión de la justicia estadounidense, que estudia imponer al banco francés una sanción de 10.000 millones de dólares, por haber realizado operaciones en dólares con países objeto de embargo internacional, como Irán, Sudán o Cuba.