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El lado oscuro del desarrollo turco

Turquía encabeza la lista de países europeos con mayor número de accidentes laborales y el tercer puesto en todo el mundo

El lado oscuro del desarrollo turco reuters

daniel iriarte

El pasado mes de enero, al menos 68 obreros murieron en Turquía en accidentes de trabajo, según el Consejo de Salud de los Trabajadores y Seguridad en el Trabajo. La mayoría lo hicieron en la minería y la construcción, pero también en los sectores fabriles, ... del transporte, la construcción y los astilleros.

La cifra marca un récord incluso para las elevadas tasas de mortalidad laboral de Turquía. Las estadísticas, en ese sentido, son muy desfavorables: es el país europeo con mayor número de accidentes en el lugar de trabajo, y el tercero del mundo. El pasado septiembre, la Cámara de Ingenieros del Catastro estimó que se producen una media de 172 accidentes al día, y que un total de 12,868 trabajadores habían muerto entre 2000 y principios de 2012. En cada accidente, mueren un promedio de dos personas, y otras tres quedan tullidas o sufren algún tipo de mutilación.

Desde la publicación de dicho informe se han producido unas cuantas muertes más. El último suceso en saltar a los titulares ocurrió el pasado 30 de enero: siete personas murieron y otras trece resultaron heridas en una fábrica en la ciudad de Gaziantep tras la explosión de un tanque galvanizador. Dos de ellos eran ciudadanos sirios sin regularizar, y las condiciones laborales de todos ellos eran bastante precarias. En junio, el parlamento turco aprobó una nueva ley que trata de adoptar la normativa a las convenciones europeas e internacionales.

Líder en siniestralidad laboral

«Las vidas de nuestras trabajadores tienen valor, y sabemos que ningún castigo ni disposición legal puede aliviar totalmente el dolor de las viudas y los huérfanos de los trabajadores fallecidos», aseguró recientemente Turkan Dagoglu, diputado del partido gobernante AKP y vicepresidente de la Comisión Parlamentaria de Salud. «La nueva ley trata de introducir medidas para minimizar los accidentes de trabajo y maximizar la seguridad de nuestros trabajadores», declaró.

Esta nueva normativa obliga a las empresas a contratar a un especialista en seguridad laboral y a un doctor en el lugar de trabajo. La medida ha sido saludada como un importante paso adelante respecto al fatalismo con el que se asumían los accidentes en el lugar de trabajo. El año pasado, tras un siniestro especialmente cruento, el ministro de Trabajo, Faruk Çelik, comentó: «Esto no es un accidente. Si se hubiesen tomado precauciones, esto no habría ocurrido. Sin embargo, es el destino». El destino, «kismet» y la mala suerte, eran la justificación que los responsables de obras y fábricas utilizan para evitar tomar unas medidas de protección que, en muchos casos, repercuten en los presupuestos.

Pero muchos opinan que no se trata tanto de aprobar nuevas normativas como de hacer cumplir las ya existentes. «Hay multitud de leyes, regulaciones y directivas. El principal obstáculo viene de la inexistencia de sanciones legales a las compañías para que las implementen», asegura al diario « SETimes », Emre Gurcanli, académico de la facultad de ingeniería de la Universidad Técnica de Estambul.

Sindicatos sin fuerza

Otro factor es la debilidad de los sindicatos, aniquilados por la dictadura militar de los años 80 y que no han conseguido levantar cabeza desde entonces. Aún con la llegada de la democracia, las condiciones siguieron siendo desfavorables, como la necesidad de una aprobación notarial para crear un sindicato que, a veces, nunca llegaba, o la existencia de una edad mínima legal para afiliarse. El AKP aprobó una nueva legislación en octubre, que eliminaba estas restricciones pero añadía otras nuevas, y que ha sido fuertemente criticada por la Confederación Internacional de Sindicatos.

«Las autoridades turcas no están tomando en cuenta ni nuestras preocupaciones ni las de la Organización Internacional del Trabajo, ni las recomendaciones de la Comisión Europea», criticó Sharan Burrows, de la CIS. «En la práctica, una sindicación inadecuada significa sindicatos débiles, y sindicatos débiles significan menor negociación colectiva, pero también menor seguridad en el lugar de trabajo», afirma también el columnista Cengiz Aktar, especialista en las relaciones entre Turquía y la Unión Europea. Para Aktar, «los trabajadores están pagando el precio del desarrollo con sus vidas».

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