Nadal se reencuentra y ya está en octavos

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Javier Ansorena

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Si Nadal necesitaba un bálsamo para recomponerse, encontrar ritmo de golpeo y evitar turbulencias, no había mejor rival que Richard Gasquet. Con el tenista francés mantiene una rivalidad tan añeja como favorable para sus intereses. Nacieron los dos en junio de 1986, con quince días de diferencia. A los doce años, se vieron las caras en una final junior, en Tarbes (Francia). Ganó Gasquet. Pero, ya con pelo en el sobaco, eso no ha vuelto a ocurrir. Nadal es la bestia negra de muchos, pero en especial de Gasquet. Hasta que arrancó el partido, hacia la 1.15 de la mañana del sábado en España, el español le había ganado en las 17 ocasiones que habían jugado juntos. Dos horas y cuarto después, ya eran 18 (6-0, 6-1, 7-5).

El partido empezó con un espejismo. Sacaba Nadal y Gasquet se puso 0-40. No aprovechó ninguna de las tres pelotas de ruptura de saque. Desde ese momento, el de Manacor le endosó nueve juegos seguidos. Cuando Gasquet logró por fin mantener su saque a mediados del segundo set, la Arthur Ashe, deseosa de emociones, le dio una ovación. El francés levantó los brazos, entre la desesperación y el humor.

Hasta entonces, Nadal había atropellado a Gasquet. Desde el dominio total con la derecha, el francés era un muñeco en sus manos. Había que rascarse la cabeza para encontrar un vapuleo semejante en este escenario. Nadal no entregaba una manga con Gasquet desde Toronto en 2008, 33 sets sin perder.

Más de uno en la central de Nueva York pensaría que iban a ver poco espectáculo para lo que cuestan las entradas. Pero Gasquet orquestó una pequeña reacción. Más agresivo, con su revés de una mano, especie en extinción en el tenis, presionando en ocasiones con saque y volea, encontró agujeros en Nadal. Quizá el español perdió un punto de confianza o ganó un punto de relajación. Se robaron los saques hasta llegar a 5-5. Ahí Nadal dijo 'basta' y definió.

«Hoy he subido un poco el nivel, estoy contento por ello»; dijo después en la pista. Allí está ya citado este lunes en octavos contra Frances Tiafoe, con quien se ha enfrentado dos veces, las dos en 2019, siempre con victoria del español.

«Es un gran jugador, muy carismático, muy rápido», dijo Nadal sobre el estadounidense. «Necesito seguir mejorando para tener oportunidad de ganar y seguir adelante. Lo de hoy me ha ayudado».

Tiafoe, que se impuso poco antes al argentino Diego Schwartzman, fue desafiante. «Soy un jugador diferente a 2019, juego mucho mejor», dijo en rueda de prensa. «Pienso que le puedo ganar», añadió antes de explicar cómo lo hará: «Voy a tener que ser muy agresivo y hacerle que entre en mi juego, no yo en el suyo».