La Philippe Chatrier se emociona en la tarde del sábado con Serena Williams, desbordada por las circunstancias. La americana logra finalmente alcanzar la final al derrotar a Timea Bacsinzsky, pero juega contra sí misma, afectadísima por una gripe que le tiene consumida. Se mueve de ... lado a lado y con suerte consigue mantener el equilibrio.
Tan afectada está que incluso acaba llorando. Ya en el primer set, suelta lágrimas en pleno intercambio de golpes y en cada descanso se tapa la cara con la toalla, incapaz de controlas las emociones. Se siente mal, pide refrescarse con hielo y no encuentra remedios. Con todo, pese a tener un set en contra e ir break abajo en el segundo, remonta y gana con diez juegos consecutivos. En la entrevista clásica que se concede a pie de pista, apenas pudo hablar ya que no dejó de toser.
Después del choque, se abraza a Patrick Mouratoglu, su entrenador, y acude al médico de Roland Garros para que le hagan un chequeo. Es su victoria más sufrida, aunque ella se encarga de dramatizar con el recital de gestos y llantos.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete