Roland Garros

Djokovic arroja el guante a Nadal

El serbio frena la trayectoria de Gulbis y reta al balear a que supere a Murray para protagonizar la final de París

Djokovic arroja el guante a Nadal Afp

Laura marta

Elevado al olimpo de los elegidos, la cabeza de Ernests Gulbis sale a la Philippe Chatrier por encima de su ego, aunque este tenga una base de buen tenis sustentada en el peso de sus víctimas. Enfrente, el número 2 del mundo, una idea entre ... ceja y ceja desde hace dos años, preparado el objetivo mayor, por lo que el letón solo era una cortina más que apartar antes de llegar al escenario más grande. Y así lo fue: Novak Djokovic reta a Rafa Nadal en la final de París.

Al balear le queda superar a Andy Murray . El serbio le espera después haberle bajado los humos a un Gulbis que había elevado su madurez hasta sus primeras semifinales en un Grand Slam. Al niño rico del tenis no le funcionaron las balas como en rondas anteriores. O sí, pero las de Djokovic acabaron siendo más mortíferas. Por momentos, el serbio pareció tomárselo como un buen entrenamiento: dejaba hacer a su rival, crecido poco a poco con grandes drives, pero acribillaba cuando la ocasión lo requería. Guardar fuerzas, atacar lo justo, y no perder el punto de mira para sentenciar de revés. Así se llevó el primer y el segundo set.

Los 28 grados que calentaban la pista central de Roland Garros hicieron sufrir a ambos tenistas. En la tercera manga, los errores eran más que los aciertos y las dejadas, el arma mortífera porque ninguno de los dos se sentía con fuerzas para correr. Un golpe de calor atenazó a Djokovic, incapacitado para moverse con soltura y acierto. Pero sigue siendo el número 2 del mundo y Gulbis, un campeón en proceso. El letón no supo aprovecharse del bajón físico, porque también a él le costó encontrarse cómodo con el calor y la espalda, a la que se echaba mano de vez en cuando.

Para sorpresa de todos, fue Djokovic el que inauguró la pista central con una rotura de la raqueta. Se esperaba a Gulbis, pero debió pensar que ya le había mostrado el respeto suficiente a la Chatrier y dejó que los silbidos se los llevara el serbio, que pidió perdón reiteradamente. Se reconcilió con el público en el cuarto set, cuando dejó atrás los gestos y decidió que no quería estar más tiempo en la pista. Saques contundentes y reveses a los que no llegaba un Gulbis exhausto fueron definitivos para firmar la final en París. "El primer set ha sido muy bueno para mí, él ha comenzado con muchos errores. Pero estoy contento de haberme clasificado para la final. Vengo a París con mucha motivación y quiero dar el máximo de mi capacidad. Es muy difícil predecir cómo va a salir el torneo, pero daré mi máximo".

Djokovic arroja el guante a Nadal

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