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Australia: Nadal sobrevive a una tortura
El español, con ampollas en la mano izquierda, sufre ante el mejor Nishikori y vence por 7-6 (3), 7-5 y 7-6 (3) para llegar a cuartos, en donde se medirá a Dimitrov
Australia: Nadal sobrevive a una tortura
Ante la primera exigencia de verdad, respondió genial Rafa Nadal, la mejor noticia de un triunfo de peso contra Kei Nishikori . El nombre también pesa en el mundo del tenis y más si cabe el de Nadal, un jugador que es capaz de ... adaptarse a cualquier circunstancia como la que se encontró en los octavos de final del Abierto de Australia. Avisado del peligro japonés , Nadal fue más efectivo que brillante y se impuso por 7-6 (3), 7-5 y 7-6 (3) en tres horas y 17 minutos . Ya está entre los ocho mejores y ahora se medirá a Grigor Dimitrov , que eliminó anteriormente a Roberto Bautista Agut.
A falta de continuidad en su juego, a Nadal le sostuvo el servicio en el arranque, que casualmente lo perdió por primera vez en el torneo al cuarto juego de un partido incomodísimo. Las temperaturas dan una tregua en Melbourne y Nadal tardó en entrar en calor , pues pese a ese break inicial pasó muchísimos apuros en el primer set y siempre. Corto en sus impactos, y con más errores de lo habitual, el número uno completó una manga repleta de claroscuros en donde lo mejor para él fue el resultado.
Supuso una pelea de 65 minutos con Nishikori como protagonista . El japonés, que ni siente ni padece, incapaz de expresar emociones, aplicó a la perfección su variado repertorio. Es un tenista rapidísimo de movimientos y arma la raqueta con una velocidad vertiginosa, un pistolero. Tiene, además, talento de sobra como para brindar puntos de mérito y lo hace todo con aparente facilidad. Fue un incordio para Nadal.
Al zurdo se le quedaban las cortas las bolas, impreciso desde el fondo de la pista , contrariado porque quería que volaran más sus impactos y alarmando al personal porque se llegó a tocar la rodilla izquierda, la mala. Disparada hasta 13 la lista de errores no forzados, en esa primera manga le salvó el saque. Sumó seis directos y se puso serio a la hora de la verdad, una historia tantas veces repetida. Nishikori, tutelado ahora por el mítico Michael Chang, le llevó al tie break, pero su intento se quedó en eso.
De todos modos, ese chasco no alteró en absoluto a Nishikori, entonado y con un amplio sentido del espectáculo . Se crecía mientras avanzaba la tarde, decidió cómo se jugaba en la Rod Laver e hizo suyo el debate de la segunda manga al romper el saque de Nadal en el quinto juego. Lo mereció, sin duda, pero fue después de un regalo impropio de Nadal, un remate franco a media pista que envió más allá de los límites. El número uno, otra vez obligado a remar.
Se intuía, sin embargo, que Nadal regresaría, acostumbrado a superar imposibles y fiable como nadie cuando se asoma al límite . Efectivamente, recuperó esa desventaja en el octavo juego, una cuestión de orgullo y convicción, enésima entrega de épica para completar un partido agónico.
Frunció el ceño en un gesto de rabia natural porque las cosas no le gustaban y se propuso ganar ese segundo set a cualquier precio, consciente de lo que suponía. Lo hizo después de rodar por los suelos y romper una de sus zapatillas , impulsado por un paralelo derecha que llegó justo en el momento preciso. Su salto, acompañado de un "¡Vamos!" ensordecedor, resume lo mal que lo pasó.
Porque incluso necesitó asistencia médica para curarse una herida en su mano izquierda , que le acompaña durante todo el torneo y que es de un tamaño considerable. Con patinazos, sangre y sudor, Nadal salvó la trampa de los octavos de final, mejorado desde el fondo de la pista con el transcurso de la cita y continuista con el servicio.
Esas dos mangas de renta aturdieron a Nishikori, que lo había hecho todo bien y no era capaz de explicarse la situación . Se cruzó con una bestia competitiva, la cabeza más privilegiada del deporte, y el japonés no veía la manera, nada que hacer. El 17 del mundo fue, pese a todo, un ejemplo de sacrificio y quiso pelear hasta el último aliento, un enemigo bárbaro que se corrigió a tiempo para rescatar el saque que perdió en el tercer juego y que parecía definitivo.
El desenlace resultó dramático, con Nadal castigado por excederse de nuevo con el tiempo entre saque y saque. Para entonces, había despertado de forma asombrosa Nisihikori, que pasó del 1-4 en contra al 5-4 y saque para cerrar el set . El asiático le pegaba con todo, durísimo y muy agresivo con la derecha y el revés, pero volvió a fallar cuando no tocaba y desaprovechó una oportunidad magnífica, el perfecto resumen de lo que fue toda la tarde.
Tan angustioso fue el encuentro que el guión exigía otro juego decisivo, zona reservada casi siempre para Nadal. Tomó la delantera y esta vez, perfecto con su servicio (12 aces en total) no concedió espacios a Nishikori. Su celebración se justifica porque sobrevivió a una tortura de más de tres horas.
Después del no partido contra Tomic , del trámite que supuso Kokkinakis y de la rotunda victoria contra Monfils , el líder de la ATP ya sabe que hay en Melbourne. Nishikori le enseñó a sufrir y el camino le lleva hasta Dimitrov , imprevisible talento búlgaro que por primera vez está en los cuartos de un grande. Nadal lleva 13 en su mochila y busca igualar a Pete Sampras en Australia.
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