roland garros
Federer sufre para lograr su victoria 900
El suizo sufre ante Simon que le obligó a remontar dos mangas en tres horas de partido; su rival en cuartos es Tsonga
laura marta
Esperó Roger Federer a que la hora terminara su recorrido en la Philippe Chatrier. No tenía prisa para restar. Ya no, después de sufrir más de la cuenta ante un rival, Gilles Simon, al que había superado sin sudar apenas unas semanas atrás, en ... Roma (6-1 y 6-2). En París le esperaba un Simon alentado por su público que le arrebató la tranquilidad al inicio del segundo set y, de paso, dos sets en su camino en Roland Garros. Al final, impuso su veteranía a partidos a cinco mangas. 6-1, 4-6, 2-6, 6-2 y 6-3 en la victoria 900 de Federer.
Tres horas de esfuerzos compartidos. Tres horas de altibajos por parte de los dos contendientes. Tres horas que nadie presagiaba cuando Roger Federer disfrutaba de dos breaks en el primer set y se sentaba sin apenas despeinarse con 6-1 en la primera manga. Pero en el tenis no hay camino fácil si tu raqueta no es consistente. Le falló eso al suizo, provocado por Simon que, jugando en casa, decidió intentarlo todo en una Philippe Chatrier abarrotada que no se decidía a quién seguir. Y le bastó al francés con forzar el saque de Federer para que este acumulara molestias , pesadez de movimientos e inseguridades (15 errores no forzados). Un resbalón que acabó manchándole la rodilla de tierra roja simbolizó el cambio de rumbo en el partido. A partir de ahí, Simon ganó adeptos en la grada. «Perdí un poco de confianza cuando me caí, no sé por qué pasó», recordó el número 3 al final del partido.
Porque lejos de temblar ante Federer, el francés potenció su revés paralelo y le crecieron las piernas con las que pudo llegar a todos los cambios de ritmo que intentó el suizo, que no encontraba manera de volver a dirigir el partido a su favor. La superioridad francesa se evidenció sobre todo en la tercera manga , en la que el suizo apenas pudo aguantar dos juegos con su saque porque Simon peleaba desde el resto todas sus opciones.
La sorpresa viajaba por la grada. Simon podía desbancar a Federer de unos cuartos de final que alcanza siempre en un Grand Slam desde, curiosamente, otro Roland Garros, el de un lejano 2004. Pero volvió el saque y volvió la magia de la muñeca suiza cuando más lo necesitaba. Federer , más consciente de que los partidos a cinco mangas se puede hacer muy largos, apareció en el cuarto set con la cara lavada y la determinación en las derechas paralelas, voleas inalcanzables y las dejadas de libro. A Simon se le apagó pronto la adrenalina de los dos sets a favor y comenzó a preocuparse en exceso por no fallar, y dio alas a Federer para que, poco a poco, volviera al camino de la victoria.
El suizo ya había preparado el quinto set con tiento y concentración. Solo quedó la estocada final que no tardó demasiado en propiciar. Tenía prisa por terminar el partido y logró dos breaks enseguida. El trabajo estaba hecho y a punto estuvo de lograr el billete a cuartos al resto, pero Simon quiso dejar su último aliento en una pista central que se rindió a su empuje y el suizo se llevó los cuartos con su saque. «Desgraciadamente, Federer una vez más ha elevado su nivel de tenis cuando hacía falta », ironizó Simon. Suda el suizo en estos octavos de final, pero pasa de ronda, donde ya le espera otro francés, Jo-Wilfried Tsonga .
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