MONTECARLO
Nadal y el gran reto de Djokovic
El español aspira a su noveno título en Montecarlo ante el serbio (14.00), el rival que más veces le ha ganado
ENRIQUE YUNTA
Rafa Nadal, sin tapujos, responde a la pregunta con naturalidad antes de aceptar el reto con Novak Djokovic, enemigo en la final de este domingo en Montecarlo (14 horas, TDP y C+). «¿Contento de reencontrarte con Novak?», se escucha en la rueda de prensa. «¡No! ... No soy estúpido y admito que prefiero encontrarme con un rival menos fuerte. Debo jugar mejor que ayer o que hoy para ganar, pero lo intentaré», promete el balear. Es su última prueba, la definitiva para confirmar que es tan fuerte o más que antes de su lesión.
El Country Club tiene la final soñada, la enésima versión del clásico moderno del tenis. Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, Nadal se ha enfrentado más veces con Djokovic que con Federer, su enemigo íntimo y con quien ha escrito las historias más bellas del deporte. Pero el balear se ha cruzado hasta en 33 ocasiones con el actual número uno del mundo (29 con el suizo) y hoy será una edición especial porque hay mucho más que un título en juego.
Nadal aspira a su novena corona en el paraíso de Montecarlo, en donde enlaza 46 victorias consecutivas. Llega después de una semana de altibajos (Matosevic, Kohlschreiber, Dimitrov y Tsonga se han quedado por el camino), comprensible si se tiene en cuenta que se tomó casi un mes después de triunfar en Indian Wells para tratar su maltrecha rodilla. Pero se crece a la hora de la verdad y quiere demostrar que es el rey de la tierra, que su nombre, a veces, pesa más que cualquier estado de forma.
Hubo un tiempo en el que Nadal tenía pesadillas con Djokovic. Perdió siete finales consecutivas ante el serbio y no encontraba remedios para taponar la sangría, inferior en juego y vulnerable mentalmente Hasta que, hace justo un año, se volvieron a ver en Montecarlo, el jardín de Nadal. Invirtió la situación y el español le ganó la final, idéntico desenlace que en Roma y en Roland Garros. Desde entonces que no se ven las caras.
Es la prueba definitiva para Nadal, piropeado en su regreso porque ha ganado Sao Paulo, Acapulco e Indian Wells y sólo contabiliza una derrota en la final de Viña del Mar (ante Horacio Zeballos). Ha sido capaz de derrotar a David Ferrer, Roger Federer, Tomas Berdych, Juan Martín del Potro y Jo-Wilfried Tsonga, cinco top ten con peso en el circuito, pero el personal quiere verle ante el número uno del mundo.
Ninguno de los dos llega en plenitud de condiciones a la final. Nadal aterriza con alguna laguna y Djokovic parece más pendiente de su tobillo que del rival. Tuvo la suerte de despachar a Fabio Fognini en las semifinales en menos de una hora (6-2 y 6-1), pero, aunque mejora, se mueve con menos alegría. No puede dudar ante Nadal.
«No sé lo que tiene. Pero no hay comparación. Su lesión ha sido de unos pocos días. Yo todavía busco estar al cien por cien. De todas formas, para ganar estos partidos la realidad es simple. Jugar fantásticamente. Excepcionalmente», remarca la quinta raqueta del mundo.
«Me encuentro mejor y estoy contento de haber ganado de forma rápida», matiza Djokovic. «Me permite estar fresco para la final. Cuando uno juega contra Rafa en tierra batida uno sabe a lo que atenerse, es el último desafío. Me preparo para esto, tengo que hacer mi mejor partido para ganarle, estar en mi máximo. Sigo con dolor en el tobillo, pero me encuentro mejor cada día», concluye.
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