Atletismo
El secreto de Ingebrigtsen: «No me creo que se preparen igual que el resto»
Expertos y exatletas debaten los métodos de entrenamiento y los límites del noruego, que hoy compite en 1.500 en Zúrich
Jakob Ingebrigtsen
Fermín Cacho vive tranquilo. Atiende a ABC desde su refugio andujareño y cuando se le pide opinión sobre el último récord mundial de Jakob Ingebrigtsen -el de los 3.000 metros, que estaba en poder de Daniel Komen desde 1996 (7:20,67)- ... responde con calma. «No lo sabía, no me he enterado, ¿dónde ha sido eso? ¡Hostia! 7:17 es una grandísima marca, eso supone rebajar el récord en tres segundos. Bueno, los récords están ahí para eso, para batirlos. Jakob es un gran corredor y lo que está claro es que la tecnología evoluciona».
¿Talento innato o entrenamientos basados en las nuevas tecnologías? El viejo debate sobre las causas últimas que empujan los nuevos récords, cronos de dibujos animados, impensables hace pocos años. Respecto a su preparación, los hermanos Ingebrigtsen (que dejaron de entrenarse a las órdenes de su padre tras denunciarlo por maltrato físico) siempre hablan de entrenamientos muy normales: trotes largos, trabajo en cuestas, series a ritmo, carrera en cinta, nada especial … pero no todo el mundo se lo cree.
«No dicen la verdad. Estoy seguro de eso. Siempre andan contando que sus entrenamientos no son nada del otro mundo, que se preparan igual que el resto de los corredores. Y yo no me lo creo». Así se expresa Miguel Mostaza, el mánager de atletas más importante en España. «Hacen algo diferente y yo creo que el secreto está en la intensidad a la que trabajan. Muchas veces se entrenan corriendo en la cinta y lo hacen a ritmos estratosféricos. Ahí está la clave. Estoy seguro de que llevan a cabo técnicas de entrenamiento distintas, más sofisticadas, a ritmos superintensos, muy superiores a los del resto. El pasado domingo finalizó su récord con los últimos 1.000 metros a 2:22. Eso es brutal, asombroso, difícil de explicar con lógica».
Los Ingebrigtsen, que dicen no tener entrenador, dan importancia a las mediciones de los niveles de lactatos en sangre cuando hacen entrenamientos a ritmos fuertes. «Eso en mi época no existía -indica Cacho-, comenzó un poco después para los corredores de maratón, que hacían tests específicos. Y de la cinta ni hablar. Yo nunca hice un entrenamiento en cinta. Y las que veo ahora son impresionantes, con cambios de pendiente, con pantallas que te enseñan el circuito».
¿Qué se sabe de los entrenamientos de Ingebrigtsen? La información que circula habla carreras de 10 kilómetros suaves lunes, miércoles y viernes; entrenamientos en la cinta a ritmos en el umbral de lactatos (3,5 milimoles) martes y jueves; cuestas los sábados (20 series de 200 metros bajando y recuperando al trote) y una carrera de 20 kilómetros el domingo. Simple… si es cierto.
Mostaza señala que «aunque dicen que ellos diseñan y adaptan todo, estoy seguro de que tienen fisiólogos que intervienen en su preparación. Estoy convencido de que tienen gente especializada en trabajo aeróbico y anacrónico. Y nutricionistas. Se entrenan mucho más de lo que dicen y a intensidades elevadísimas. Trabajan mucho los niveles de fatiga, y entrenan grupos musculares concretos. Ellos mandan mensajes equívocos y hay un tipo de trabajo que nunca cuentan y es el que marca las diferencias. Pasan mucho tiempo en Sierra Nevada, unas 12 semanas al año, también en Saint Moritz (Suiza), viajan mucho, cambian de centros de entrenamiento. Noruega lo pisan poquito…».
José Luis González, en su día el Ingebrigtsen español por su dominio de un amplio abanico de distancias, considera que el noruego disfruta de todos los beneficios actuales. «Él explota al máximo los entrenamientos con medición de lactatos, para conocer bien el impacto de los ritmos en tu organismo, en tu fisiología. Eso no lo teníamos en nuestra época. También le ayudan las zapatillas y, por supuesto, las nuevas pistas, el nuevo tartán, esto último para mí es lo que más influye».
Para González, Ingebrigtsen está escribiendo la historia del atletismo. «Marcará una época: por su carácter y por su forma de correr. El récord que acaba de conseguir en 3.000 metros es impresionante, es uno de los más caros que había. Implica correr a 2:25 cada kilómetro, algo espectacular. Es un corredor inmenso, el más completo. Rompe con todos los cánones y yo le doy un diez en valentía».
Cacho está de acuerdo con González en que el mediofondista noruego «es un atleta impresionante». «Me encanta su forma de correr, su afán de superación, sale siempre rápido, lo tiene muy claro, aunque a veces se pueda equivocar y acaba haciendo de liebre para los demás, algo arriesgado».
¿Cuáles son los próximos retos para Ingebrigtsen? «Si se lo propone, batirá los dos récords de El Guerrouj, el de 1.500 y el de la milla», señala González. «El de 5.000 quizá también y, en el futuro, hará un gran 10.000. Ha devuelto el atletismo a los tiempos gloriosos de Zatopek y Nurmi, con este dominio de tantas distancias. Y añado, si lo entrenara, creo que batiría también el récord de 3.000 obstáculos».
¿Tiene defectos? «Para mí tiene dos lunares -matiza González-. Tácticamente es imperfecto, no es inteligente para el 1.500. Y su otra laguna está en la velocidad final, no tiene ese cambio de ritmo que se necesita en los 60 últimos metros. En el 5.000 es diferente porque ahí tienes más espacio». Mostaza se muestra de acuerdo: «Le falta velocidad final, ese finish necesario en el 1.500. Por eso subirá de distancia; lo veo incluso con buenos rendimientos en maratón. Es un corredor único, irrepetible por su polivalencia. Destaco sus agallas, su valentía, su forma de plantear las carreras, hace unos despliegues tremendos de potencia».
¿Qué consejo le daría Fermín Cacho? «Muy sencillo. No es rápido al final, pero no quiere decir que tenga que ponerse al frente y tirar desde el principio. Mi recomendación para un 1.500 es que se tranquilice en las dos primera vueltas y cambie de ritmo para el último 700. Así sería muy peligroso». Y Mostaza remata: «El domingo no corrió más rápido porque no quiso, se relajó al final. Yo afirmo que su valor actual en 3.000 metros está entre 7:10 y 7:15».
Mario García Romo, rival de Ingebrigtsen, afirma a ABC que el noruego «aeróbicamente es el mejor corredor del mundo. Lleva muchos años haciendo los entrenamientos 'de doble umbral' con medición de lactatos y eso le ha hecho imbatible en distancias superiores a los 1.500 metros. Lo he visto entrenar muchas veces, tanto en la cinta como en la pista, en Saint Moritz haciendo repeticiones de 800, 900 y 1.000 metros».
Romo, que se recupera estos días en Salamanca de una pubalgia antes de regresar a los entrenamientos en Boulder (Colorado), reconoce: «Nosotros no llevamos a cabo estos entrenamientos midiendo lactatos porque trabajamos más con la percepción del esfuerzo». Y sentencia: «Jakob está preparado para batir ahora mismo el récord de 5.000». Hoy atacará el de 1.500 en Zúrich.