Fútbol
Terremotos y devoción napolitana: intensas horas previas antes del partido del Real Madrid en Italia
La ciudad a la sombra del Vesubio recibe a los blancos con el primer puesto del grupo en juego
La fría vendetta de De Laurentiis con Ancelotti
Nápoles (Italia)
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Iniciar sesiónEn los trenes desde Roma ya hay gente con la camiseta que celebra el tercer título liguero de la historia del Nápoles el año pasado. Muchas expectativas y ansiedad por el partido de hoy ante el Real Madrid entre los aficionados italianos. Un día ... soleado, donde la vista al mar y la buena comida acompañan la fiesta de la Champions en la capital del Sur. Un partido que vale el primer puesto del grupo. Eventos así no suelen vivirse en la ciudad del Vesubio. Es un hecho particular, que merece atención propia.
Como el temblor de ayer que, quizás, apareció con la intención de recordar a la gente que hoy se vivirá algo que puede quedar en la memoria de todos.
Para los 'azzurri', ganarle al equipo de Ancelotti significaría elevarse a un nivel internacional impensable, un pasito más tras el Scudetto del año pasado. En las calles todo es azul, la fiesta sigue desde el 4 de mayo, aquella noche de Udine en donde los de Spalletti se proclamaron campeones.
Todo está decorado con banderas, bufandas e imágenes, porque nunca se sabe cuándo se volverá a ganar. Mejor disfrutar de la vida ahora. El mantra de la ciudad se refleja también en el equipo napolitano. Hoy podría ser un simple partido de grupos de la Liga de Campeones, pero en Nápoles lo sencillo se convierte en único y lo difícil se trasforma en éxito.
Hace seis años, los octavos de finales no dejaron demasiada historia que contar, pero ahora todo es distinto. El entusiasmo es diferente: todos los niños llevan algo del equipo de la ciudad.
Los abuelos cuentan a sus nietos que también vivieron algo similar en 1987, año en el que casi perdieron pero aún así, Maradona acabaría colocándoles en el mapa mundial. Eran otros los tiempos.
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Hoy todo corre más rápido y no hay tiempo para pararse a pensar en la gloria pasada. Aquí el Real Madrid es un equipo respetado. Cuando los blancos visitan la ciudad todos saben que llegan los más grandes del mundo, la historia habla por sí misma. Y entonces se enciende aquel entramado de sensaciones: emoción, fe y ritualidad caracterizan las calles de la ciudad y las casas de los napolitanos, tiñendo el ambiente de magia como solo las noches de Champions pueden hacerlo.
El Madrid tendrá la mejor guía posible, Carlo Ancelotti, quien ha vivido en Nápoles durante dos años y, a pesar de los resultados, le entregan el rol de mentor.
Debe tener cuidado de no caer en la trampa del turista. El riesgo de perderse en las bellezas de la ciudad es alto, y los blancos tienen un claro objetivo: el primer puesto del grupo.
Hay ciudades que se encienden gracias a las emociones, y Nápoles es una de ellas. El grito del himno de la Champions se vive aquí de manera intensa: se suele gritar tanto que en 2016, durante un partido contra Benfica, se registró un pequeño temblor causado por el ruido de los 'Tifosi'. La espera del partido provoca sonrisas y alegrías. Las banderas azules bailan con fuerza, como las ondas del Golfo de Nápoles, en continua agitación, como los corazones de la gente que vive apasionadamente el fútbol, esperando que suene nuevamente el himno de la Champions League.
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