El Madrid ilusiona; Barça y Atlético cojean

El británico, solo 19 años, es un futbolista diferente, un centrocampista con alma de delantero que solo ha necesitado de un par de encuentros para modificar el libreto de Ancelotti. El 4-3-1-2 con el ex del Dortmund en la punta del centro del campo parece ya un mantra inamovible y, ante el United, solo necesitó de seis minutos para validar las sensaciones. Desmarque relámpago en profundidad y entre centrales, control orientado y una deliciosa vaselina para batir a Onana. Carta de presentación a la que el centrocampista consiguió darle continuidad, hilo conductor del Madrid durante toda la primera parte y muy equilibrado por la compañía de Camavinga, que tras una temporada recluido en el lateral izquierdo, parece que el cambio de sistema le llevará de vuelta al centro del campo, su coto de caza favorito.

Bellingham fue alfa y omega, tan impresionante despliegue que al United tuvo que refugiarse en la dureza para minimizar la actuación del siete blanco. Lisandro Martínez acabó tan desquiciado que cortó una de sus imparables cabalgadas hacia la portería rival. Pese al golpe, Bellingham se levantó de inmediato y se fue a por el argentino. Hay madera de líder en su interior, fuego solo apagado por el descanso, momento en el que fue sustituido por Ancelotti.

Tras la reanudación, el combate se enfrió. Comenzaron las típicas rotaciones estivales, un tiovivo de nombres al que Joselu le puso picante. El gallego saltó al NRG Stadium de Houston a 30 minutos del pitido final. Encadenó tres ocasiones seguidas y, a la cuarta, el balón besó la red tras una espectacular chilena del delantero, guinda a una noche redonda. Durante muchos años se le exigió al Madrid que fichase un nueve, un cazagoles, para complementar a Benzema. Pese a que el francés ya no está, engatusado por el dinero árabe, y a la espera de la resolución del infinito culebrón Mbappé, Joselu ha caído de pie en el equipo blanco y sin un delantero de referencia, parece que tendrá sus oportunidades.

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No tan idílicas fueron las pruebas de Barcelona y Atlético de Madrid. Los azulgranas, que tuvieron que cancelar su primer partido de la pretemporada contra la Juventus por un brote de gastroenteritis, fueron sobrepasados por el Arsenal (5-3) en un duelo donde cometieron una batería impresionante de errores en defensa. La primera parte fue un entretenido intercambio de golpes, con goles de Lewandowski y Raphinha para los azulgranas y de Saka y Havertz para los ingleses. Pero, en la segunda mitad, el Barça se caricaturizó y dejó al Arsenal vía libre. Trossard, en dos ocasiones, y Viera firmaron la goleada y solo un tardío tanto de Ferran Torres maquilló el resultado final. Además, Xavi se quejó de la garra de los londinenses. «No es normal esta intensidad, con tantas faltas tácticas».

El Atlético, por su parte, fue derrotado por una selección de los mejores jugadores de la liga surcoreana (2-3). Los de Simeone fueron agresivos en el inicio, con un gol de Lemar y con dos tantos de Morata, ambos desactivados por el fuera de juego. Pese a las buenas sensaciones, la nave se fue a pique en la segunda parte. Los asiáticos empataron y los atléticos volvieron a adelantarse con un tanto del canterano Carlos Martín, pero en los últimos minutos el agujero fue irreparable. Demasiado vacacional el Atlético, el combinado surcoreano le arrolló en los minutos finales e hizo el empate en el 89 y certificó la victoria con un gol de Lee Son-Min en el 94.