El Real Madrid juega bien y no encuentra el gol

Jugó bien el Real Madrid en el primer tiempo, con ese once reconocible, especialmente Rodrygo y Alaba. El brasileño entró bien por la banda izquierda. Se notaba ya el trabajo físico especial que le ha impuesto Pintus. El austríaco entró bien con sus incursiones y un disparo desde lejos, despejado bajo palos, levantó al público de sus asientos. David, como le llaman en el campo, sacó las faltas, un detalle más de su calidad técnica, que Ancelotti ha elegido como prioritaria en muchos detalles.

Una de las internadas de Rodrygo acabó a los pies de Isco , en una opción clara de gol que desperdició al disparar rozando el poste. Posteriormente, un excelente pase de Jovic en profundidad lo aprovechó Bale para escaparse en solitario y forzar un penalti, de Calabria, que el galés falló al disparar flojo y a las manos del portero. Modric envió al larguero la tercera oportunidad , un bonito trallazo desde fuera del área. Nada, la pelota no entraba.

Tras el intermedio Ancelotti dio entrada a Lunin, Militao, Miguel, Blanco, Vinicius, Marvin, Arribas y Chust . El conjunto blanco continuó su dominio, con Odegaard como sustituto de Modric , pero la falta de gol fue una constante.

Vinicius hizo daño con su velocidad por la izquierda en el segundo acto. Los aficionados austríacos animaban al Real Madrid como si estuvieran en el Bernabéu. Se quedaron, sin embargo, sin ver un gol.

Jugaron bien Rodrygo y Alaba, en un equipo que no tuvo gol. Isco, que también brilló, erró una clara ocasión, Bale falló un penalti y Modric estrelló un gran disparo en el larguero

Seis días quedan para el estreno de la Liga. El Real Madrid demostró una buena condición física. En Vitoria estará Benzema para intentar solventar el problema de gol.

El Real Madrid revolucionó Klagenfurt. El Worthersee Stadion tuvo las gradas llenas, 30.000 espectadores, para ver a David Alaba como nueve jefe de la defensa madridista. Enfrente, el Milán. Trece Champions madridistas y siete Copas de Europa rojinegras en el césped. El partido era amistoso, pero para los austríacos fue como si se jugara una final de la Liga de Campeones. Las 30.000 localidades se pusieron a la venta con precios que variaban entre los 29 y los 39 euros y se vendieron en un día.

La gran asistencia de aficionados exigió un dispositivo especial para la oranización. Las puertas del estadio se abrieron a las cuatro de la tarde, dos horas y media antes del encuentro, y desde las dos de la tarde se hicieron los controles sanitarios a los espectadores para evitar la acumulación de personas ante las puertas del campo. Se exigió a los asistentes que estuvieran vacunados con pauta completa, o que demuestraran que han pasado la enfermedad, o que hubieran dado negativo en una PCR o en un test de antígenos en los tres días previos. Todos cumplieron las normas con tal de ver jugar al Real Madrid de Alaba.