Los jugadores del Real Madrid afirman que la culpa es suya

El entrenador italiano le da vueltas y más vueltas a sus posibles errores y los jugadores de su vestuario cortan por lo sano. Se responsabilizan del «sheriffazo» y salvan a su jefe. No le culpan de nada.

Carletto no deja de analizar lo sucedido. Sabe que el Real Madrid ha protagonizado uno de los tropiezos más gordos de su larga e intensa historia en Europa. Y le da giros y giros a lo ocurrido porque habló de «accidente» cuando cayó por 1-2 en el Bernabéu ante un equipo que sólo conocen en Moldavia.

El entrenador se flagela al meditar que parte de culpa pudo ser suya y no encuentra un argumento convincente . Es decir, sospecha que el accidente pudo haberse evitado pero, y esto es lo preocupante, no sabe cómo.

Inmediatamente abajo en el escalafón, sus jugadores aún no han superado el trauma del golpe del Sheriff y son unánimes en manifestar que la culpa fue sólo suya. No tuvieron claridad, hubo falta de concentración y sobre todo carencia de acierto.

La cocina del vestuario blanco ha cogido el toro por los cuernos y se ha hecho responsable de la derrota. Asume que el equipo no hizo el trabajo defensivo tantas veces ensayado y errado. No defendió bien y llegaron los dos goles del modesto rival.

El preparador italiano lleva diciendo durante dos meses que deben marcar todos a su rival individualmente y presionar en grupo, pero el Real Madrid no lo hace constantemente, no lo ejecuta en momentos claves y lo paga caro. Fue evidente ante el Villarreal, que no logró hacer gol aunque tuvo ocasiones, y quedó patente ante el Sheriff en la Copa de Europa, que firmó dos tantos producto de la falta de disciplina en el esquema destructivo.

El sistema defensivo blanco falló en los dos goles del cuadro moldavo y erró especialmente en el segundo, cuando todo el equipo estaba al ataque y no había nadie en defensa. El 1-2 será trabajado en vídeo en diversas oportunidades por Ancelotti para que no se repita. Saca de banda el Sheriff y había un jugador solo al borde del área, que disparó a puerta a placer y colocó un balón perfecto, soñado, por la escuadra. Inadmisible para un equipo que quiera ganar la Champions.