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Raphinha decide un Clásico poco estival

Su zurdazo marcó la diferencia en Las Vegas. Una parte para cada equipo

Un circo muy bien pagado, por Salvador Sostres

Raphinha celebra el gol de la victoria. EFE
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Raphinha (26)

Ahora que se derriten los glaciares, el Madrid forma uno de hielo y nieve, roca blanca hecha de defensas y centrocampistas para la solidificación del bloque bajo.

Rudiger jugó de lateral, lo que significa que la pareja Militao-Alaba no se toca. Había ganas en ... un sector de la prensa en exiliar a Alaba a la periferia del juego. Rudiger hizo de lateral izquierdo y será otro comodín estilo Nacho. En la media, Tchouameni partía de 'cinco', con Valverde y Camavinga a cada lado. Tímido aun para mandar en la confección (sería una locura solo pretenderlo) el efecto de Tchouameni se atisbó sordo, callado, hecho de piernas, cortes, robos, e influencia física. Se intuyó su gran aristocracia muscular, su muslo, su fibra larga. Camavinga estuvo más vivo, más de interior pensante, más capaz de conservar la pelota y Valverde fue, mientras jugó, el más peligroso del equipo con sus llegadas. El Madrid estuvo replegado y a la contra, sin novedad. Ver de nuevo a Ancelotti transmitía una sensación de alivio en el espectador, de familiaridad.

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