sevilla fc
A la izquierda del padre
Del Nido junior se aferra al cargo no sólo por lo firmado por las partes, sino también como pagador de una deuda familiar que no le correspondía
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNo es fácil ser «hijo de». Menos cuando quien te dio el primer apellido fue en lo profesional un reputado abogado y, futbolísticamente, el que para muchos, entre los que me encuentro, ha sido el mejor presidente de la historia del Sevilla Fútbol Club. No ... sólo por ser el que más títulos logró presidiéndolo, sino también por hacerlos posibles todos, al transformar una sociedad en la que abundaba el amateurismo en otra profesionalizada en todos los ámbitos. No es fácil ser Del Nido Carrasco teniendo de padre a Benavente por parte de abuela.
Tampoco resulta sencillo regenerar una entidad siendo, más por omisión que de facto, uno de los responsables del deterioro de la misma, en su condición de vicepresidente en los años de José Castro al timón. La política continuista que siguieron tras la condena penal de su progenitor, ligada a los éxitos de Ramón Rodríguez Verdejo 'Monchi' al frente de la dirección deportiva, pecó de la falta de previsión elemental exigida a unos gestores: si te arriesgas a vivir por encima de tus posibilidades y no te planteas lo que pasaría de fallar una pata de la mesa, acabas con los platos rotos en el suelo.
Acusado de «okupa» por el máximo de accionista, cuando está colocado en el consejo de administración por él en virtud del ya famoso 'Pacto por la pasta', se aferra al cargo no sólo por lo firmado por todas las partes, sino también como pagador de una deuda familiar que no le correspondía y que lo puso en la lista de morosos de Hacienda (adivinen quién la va a abonar en realidad).
Del Nido junior ha sido valiente al romper con el pasado y atreverse con un proyecto propio en uno de los peores momentos económicos de la entidad en toda su historia. Le queda por demostrar, y él es consciente de ello, competencia para afrontar con éxito el cambio. Y acaso, asesores desafectos al populismo que no lo hagan parecer peleado con el mundo, el cercano y el ajeno. Una buena mano izquierda no sólo se cotiza en los cosos taurinos.
Desear su fracaso, sean cuales fueren los beneficiados de ello y la legitimidad de sus intereses, supone escupir al escudo. El que late fuerte con la sangre roja de su afición.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete