ATLÉTICO - SEVILLA
Ya sólo queda evitar el descenso
COPA DEL REY
El Sevilla cae en el Metropolitano (1-0) en un partido muy digno en el que el VAR de Hernández Hernández le quita un penalti en el último minuto que mandaba el choque a la prórroga
Atlético de Madrid - Sevilla FC: resumen, goles y ruedas de prensa del partido de la Copa del Rey 2023-2024
Los jugadores del Sevilla protestan a Gil Manzano junto al capitán atlético Koke
No ha terminado enero y el único objetivo de la temporada del Sevilla ya es no bajar a Segunda, esquivar un batacazo que sería histórico pues el ejercicio comenzó con el equipo disputando la Liga de Campeones. Ese es el lúgubre panorama de un ... club acostumbrado a los laureles en los últimos años que viene haciendo las cosas rematadamente mal. Tanto que en la Liga sólo mantiene una distancia de un punto con la zona de descenso, a la que no ha caído por los tremendos deméritos de los tres de abajo. De Europa quedó fuera hace más de un mes y la enclenque ilusión de la Copa del Rey ha quedado este jueves aniquilada por el Atlético de Madrid, que se ha llevado el duelo por 1-0 con muchos problemas. Eliminar a los de Simeone para alcanzar la semifinal se antojaba a estas alturas como una machada fuera del alcance de un grupo con demasiadas carencias que, en este torneo, sólo ha podido superar al Quintanar, al Astorga, al Ferrol y al Getafe. Y lo que no puede ser, pues no puede ser, a pesar de que ha estado más cerca de lo que casi todos creían.
Con todo, el adiós del torneo copero tiene muchos matices, porque el equipo hispalense cuajó una actuación más que digna, maniató al Atlético juntando mucho más las líneas que ante el Girona con orden y mucho orgullo, que le llevó hasta el mismísimo final del partido. En el último minuto del descuento, el VAR, otra vez el VAR, y Hernández Hernández decidieron que un penalti señalado por el trencilla no lo fuera y no pudiera llegarse a la prórroga. Una acción muy discutida en la que Gil Manzano tuvo que desdecirse después de señalar, convencido, los once metros al interpretar que hay falta de Barrios a Lamela. Pero el fútbol de hoy tiene mil recovecos y desde la terminal tecnológica se acabó con la esperanza sevillista para desatar la indignación al concluir que el futbolista local había sacado la pelota antes de darle al argentino. Lo cierto es que lo hace, aunque Lamela roza con la punta de la bota el balón previamente. Zona gris, abierta a la interpretación. Y ésta no respaldó al visitante.
Para el envite, dispuso el Sevilla en el campo todo lo que ahora mismo tiene, con la línea de cinco atrás y Nyland en la portería tras los últimos fiascos de Dmitrovic. Pero también los locales colocaron sobre el verde sus principales argumentos, su once de gala con la pareja de moda, Griezmann y Morata, en la vanguardia. Ambos fueron los protagonistas colchoneros de arranque. El segundo porque casi todo el juego rojiblanco de la primera mitad se basó en buscarlo mediante pases largos desde los costados, especialmente el derecho. Un simple cabezazo alto en el minuto 30 le contempló. Y el primero porque falló de manera llamativa un penalti a los veinticinco minutos que había causado Marcao con una torpísima acción dejando la pierna estirada al paso de Molina. Cortó la internada por lo sano y nadie puso una pega a la decisión del colegiado. El 'Principito' resbaló con su pie de apoyo y mandó el balón a Majadahonda con cacareo de gallinas blancas de fondo sonoro.
Más allá de eso, ninguno de los oponentes lanzó a puerta, lo que vino a refrendar una evidente espesura atlética y un buen orden defensivo sevillista. Los de Quique redujeron bastante bien los espacios y no permitieron prácticamente nada más allá del propio e infantil penalti, aunque en la faceta atacante apenas lograron conectar un par de internadas por el carril de Pedrosa e inquietar sólo en segunda jugada y por los fallos de una zaga rival algo nerviosa en los primeros compases.
Al descanso, no obstante, la sensación era casi de alivio por aquello del penal mal ejecutado. De la misma manera que nada más reanudarse el juego, la sensación fue precisamente la contraria al no señalar penalti Gil Manzano en una acción en la que podría haberlo hecho pues, en su presión a Sow, Molina toca el pie del suizo y lo desestabiliza lo suficiente como para que cayera al suelo. Quizás no fue clarísimo, pero cosas mucho menores se han castigado. Contacto hay. De hecho, es la jugada que más discuten los sevillistas. Picado por su error desde los once metros, Griezmann pasó a liderar ya sin tapujos el juego rojiblanco y lo intentó de cerca y de lejos. A la hora de partido anotó un golazo de volea pero estaba en fuera de juego milimétrico.
Duelo cerradísimo
El partido estaba cerradísimo por el orden atrás de los de Nervión y Simeone lanzó entonces su carrusel de cambios para refrescar a un equipo cansado y entraron Llorente, Barrios, y luego Correa y Memphis por Griezmann y Morata. En el flanco sevillista, Juanlu entró por un tocado Navas y Lamela por Isaac para completar el tramo final jugando sin un '9' de referencia y claramente al contragolpe. Pero los cambios atléticos surtieron más efecto que los sevillistas y en el minuto 78 llegó el mazazo en una internada de Llorente que cedió el balón en el área a Correa para que el argentino le hiciera un roto a Marcao y centrase a donde se cuecen las papas; allí Memphis desvía lo justo hacia el fondo de la red. Para los minutos finales metió Quique a Acuña para centrar y Mir para cabecear, la vieja fórmula. La tuvo en el 84 Ramos en un córner que la grada temía como a una vara verde pero su remate se fue arriba con el choque ya completamente roto en cuya agonía el camero quiso acordarse de finales de Champions sumándose al ataque como un punta más. Pero hasta el mismísimo minuto 96 hubo lío por el penalti señalado a favor del Sevilla que el VAR anuló al entender que Pablo Barrios se anticipa a Lamela antes de derribarlo. El rojiblanco toca la pelota y la saca, pero en la acción se lleva al jugador sevillista, que roza el esférico antes. Una acción gris que el árbitro vio como falta dentro del área pero que desde la sala de máquinas entendieron como no punible para desatar la ira de los de Nervión. El VAR de Hernández Hernández (otra vez él) se llevó la interpretación al lado colchonero. La eliminación es, así, más dolorosa.
Queda ahora por delante una larga travesía por el desierto sin nada que echarse a la boca. Descartada ya toda opción de lucimiento, antes que nada el Sevilla tiene de aquí a cuatro meses la imperiosa necesidad de alejarse de los tres últimos puestos de la tabla de Primera, o al menos no caer, aunque ya los hay entre el sevillismo más crítico que casi prefieren la caída, la catarsis y el reciclaje como única vía para recuperar unas señas de identidad exitosas de las que quedan sólo unos pocos rescoldos.
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