Crónica
Sevilla Atlético - Nástic de Tarragona: Un punto que no cierra la brecha (0-0)
Compitió ante uno de los candidatos al ascenso, pero al filial no le valía otra cosa que el triunfo para salir de la última posición liguera
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Iniciar sesiónPrimer punto de la era Alejandro Acejo al mando del Sevilla Atlético tras igualar frente al Nástic de Tarragona en un partido de oficio y esfuerzo del filial sevillista, que suma pero no sale de la última posición de la tabla ... liguera antes de enfrentarse al Barcelona B. Hay formas y formas de igualar cualquier contienda, pero lo cierto es que la vida sigue igual pese al cambio de entrenador y cada partido supone una evidencia más de que urge una reestructuración esencial en el mercado invernal. A destacar, al menos, dos cosas positivas: hoy acaba con la racha de cuatro derrotas consecutivas y cierra su portería por primera vez desde el estreno liguero ante el Sabadell. Y una negativa que pudo determinar otro desenlace: un penalti sobre Kike Salas en el último suspiro que el árbitro no quiso señalar. Pero parece que para pedir en este deporte hay que ofrecer muchas cosas antes.
Pervive el Sevilla Atlético empequeñecido en un error del que intenta aprender. Quiere, quiere de verdad. Pero no sabe. Lucha por no arrastrarse por la categoría , algo que nunca fue una opción antes de este curso que ilusionaba, pero la realidad es que diez jornadas después de cortar el listón de la Primera RFEF, es decir, un cuarto de temporada después, el equipo no es que no dé con la tecla competitiva del torneo, es que sin poner las manos en el piano de la disciplina, sin ni siquiera rozarlo, desentona. Porque no es vertical, ni apenas crea, ni se escora ante una expectativa ya consumida. Y no soporta el sevillismo, que hoy respondió ante viento y marea en el Jesús Navas, que los llamados a ser el futuro de este club adolezcan de eso de lo que siempre ha sido motivo de orgullo y escudo en la carretera de Utrera: de la sangre de Nervión . Hace falta un poco más de orgullo propio ofensivamente hablando y un proyecto deportivo creíble y fiable -y esto atañe del entrenador al utillero, pasando por la dirección general deportiva- para que esto vuelva a parecerse a un equipo que merezca premio por su rendimiento.
Pero hay que empezar a construir por algo, y mejor es un punto que ninguno. Mejor una portería a cero que un 1-1 para reforzar la confianza desde atrás cuando eres, además, el equipo más goleado de los 40 inscritos en las dos ligas. Aunque el equipo sigue sobrepasado por las circunstancias en demasiadas facetas del juego. Javi Díaz salvaba el disparo de Pablo Fernández tras una mala cesión de Capi en la medular. Apareció y mucho el arquero sevillista, quizá el mejor de hoy, y no es casualidad que los más competitivos jugadores del Sevilla Atlético de estos año sean sus porteros. Mientras, el Sevilla Atlético seguía empeñado en conectar con un Iván aislado con un juego directo que no funciona, ni en la medular hay inteligencia suficiente como para dotar de superioridad por dentro para insuflar la creación de espacios y desmarques de sus extremos, que hoy brillaron entre las nubes por su ausencia.
Miraba desde la banda Julen Lopetegui , seguramente con cierta preocupación, la evolución de una generación que está en una fase de transición que lleva pausada demasiado tiempo. Lluís Aspar escuchó la voz de su compañero y dejó que Javi Díaz se anticipase a una jugada, pero el portero falló midiendo la distancia. Fran Carbiá no marcó el primero de milagro. Sí salvó al equipo de la desventaja el propio Javi Díaz con un cabezazo del propio Carbiá, la gran amenaza, y otro disparo frontal en el que el meta franjirrojo volvió a ser vital para repeler el peligro.
Un punto en casa vale poco
Fue Monchi quien motivó a los jugadores en el túnel de vestuarios para que salieran queriendo ganar en la segunda mitad. Había que dar ese paso adelante para que el rival no llegase con tanta facilidad al área sevillista. Pero los roles seguirían siendo los mismos en la reanudación con un disparo nuevamente Carbiá, previo pase de la muerte, que primero paraba Javi Díaz y el rechace, que iba durmiéndose hacia la portería, lo despejaba el capitán Valentino in extremis en la más clara de todo el partido.
Si bien es justo comentar que conforme avanzó el partido, el Sevilla Atlético le impregnó mayor intensidad y empaque, mejorando su concentración y la presión sin balón, no sobra decir que no hubo rastro de noticias ambiciosas arriba que permitieran soñar con mucho más que este pacto de no agresión que hiere . Nacho Quintana levantaría alguna ilusión tímida con un gran disparo, y luego Iván rozaba el gol tras un buen córner de Luismi, pero su cabezazo lo desbarataba Manu. En las postrimerías del duelo, Kike Salas merodeaba el área en una acción controvertida que pudo cambiar el sino de las cosas, siendo pisado por su par. Nada punible consideró el colegiado, que no quiso implicarse demasiado en una acción que podría haber sido definitiva. Igualada final que deja al Sevilla Atlético al final del Grupo II con cinco puntos de 30 posibles. Ese es el dato tras diez jornadas, 19 goles en contra en 10 partidos y un entrenador destituido. Todas suyas las conclusiones.
Sevilla Atlético: Javi Díaz; Pablo Pérez, Aspar, Kike Salas, Valentino; Luismi (Juan María, m. 72), Xavi Sintes, Capi (Arcos, m. 84), Nacho Quintana (Carlos Álvarez, m. 84), Juanlu (Juanmi, m. 65) e Iván.
Nástic de Tarragona: Manu García, Joan Oriol, Aythami, Pol Domingo, Marc Trilles (Pedro, m. 59); Fullana, Ribelles, Robert, Jannick Buyla (Bonilla, m. 64), Pablo Fernández y Fran Carbiá (Albarrán, m. 78).
Árbitro: Sánchez Sánchez, del Comité Extremeño. Amonestó con tarjeta amarilla a Juanlu, Aspar, Pablo Pérez, Nacho Quintana y Joan Oriol.
Estadio: Jesús Navas, ante unos 300 espectadores.
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