El PSG es un polvorín: de la incertidumbre por Mbappé a las dudas de Luis Enrique

La tensión entre PSG y Mbappé se ha ido acrecentando con el paso de las semanas. El galo fue descartado para la gira del equipo por Japón y Corea del Sur y tuvo que entrenarse en la capital francesa con el grupo de los 'apestados', el resto de jugadores apartados. Una medida de presión que no ha variado ni una coma la posición de un Mbappé impasible. Casi a la desesperada, desde Qatar están haciendo uso de todo su arsenal para forzar un traspaso o la renovación de su estrella.

El pasado jueves utilizó la penúltima bala. 'Le Parisien', medio cercano a las altas esferas qataríes, publicó que Luis Campos, director deportivo oficioso del PSG, tenía sus días contados. El portugués fue fichado en 2022 por su magnífica relación con Mbappé, de quien fue una figura paternal a nivel futbolístico durante su etapa en Mónaco. El también asesor deportivo del Celta es considerado por el club como uno de los máximos culpables de la no renovación del francés, debido a la plantilla defectuosa que confeccionó para la temporada 2022-2023, que fracasó en el enésimo intento de alzar la Champions League. Otro de los argumentos esgrimidos en la citada información para justificar la supuesta salida de Campos es su buena relación con Jorge Mendes, fruto de ella es la llegada, casi cerrada, de Gonçalo Ramos al PSG. El delantero del Benfica es una apuesta personal del director deportivo y su buen trato con el agente ha facilitado las negociaciones. Sin embargo, esta incorporación no genera unanimidad en Doha.

La filtración del PSG podría haber buscado hacer mella en la moral de Mbappé, pero los daños colaterales resultaron mayores. Horas después de la información de 'Le Parisien' sobre la salida de Campos una vez cerrado el mercado, diversos medios lanzaron una nueva bomba: Luis Enrique se estaría planteando dejar el conjunto parisino. El técnico asturiano, que llegó al club el pasado 5 de junio, se habría hartado de la inestabilidad que rodea permanentemente su actividad, a pesar de llevar apenas solo dos meses en el cargo.

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El caso Mbappé habría dejado patente al técnico español que su margen de acción deportiva es limitado en París. La decisión de no incluir al jugador en la gira asiática se tomó sin tener en cuenta su opinión ni la de Campos, pero el malestar del exentrenador del Barcelona iría más allá. Está planeando y preparando la temporada 2023-2024 sin saber si finalmente podrá contra con el mejor jugador de la plantilla. El PSG mantiene que si el delantero no renueva, podría pasarse la campaña en la grada. Un órdago difícil de asumir porque la imagen del mejor futbolista de Francia apartado, precisamente en una campaña que corona con una Eurocopa y una Juegos Olímpicos en París –a los que Mbappé sueña acudir–, daría lugar a una situación insostenible y sin precedentes.

La posible salida de Campos sería la gota que habría colmado el vaso de la paciencia de Luis Enrique, dado que es la persona que le fichó y junto a la que está construyendo la plantilla. Ante los rumores sobre su incierto futuro en el club, el asturiano publicaba ayer una instantánea en sus redes sociales en la que aparecía junto a sus asistentes con la frase «¡Uno para todos y todos para uno!». La ambigüedad de la célebre cita de 'Los tres mosqueteros' de Alejandro Dumas, lejos de aclarar su intención, dejó abierta cualquier posibilidad.

Dos fechas clave se presentan en el horizonte del PSG para resolver el complicado laberinto en el que se haya. El 12 de agosto tendrá lugar el debut liguero del equipo, en el Parque de los Príncipes ante el Lorient. De no clarificarse antes el caso Mbappé, será la primera oportunidad de comprobar si Qatar tiene el arrojo necesario para dejarle en la grada. De producirse su salida, debe acordarse antes del 1 de septiembre, jornada en la que se cierra el mercado en las cinco grandes ligas. 28 días que, si nadie lo remedia, se harán eternos e irrespirables en París.