Irán, crecimiento imparable buscando la segunda fase

« No vamos a Rusia a hacer turismo, sino a intentar jugar con muchas ganas y pasar a la segunda fase », reconocía el técnico, alma de este equipo que fundamenta su éxito en la defensa. De hecho, durante la clasificación asiática Irán acumuló un récord sin precedentes, sumando doce partidos consecutivos sin encajar un gol.

Mirando a su plantilla, Sardar Azmoun es el hombre a seguir . El delantero más efectivo de la selección iraní actuará, además, en su «casa», ya que desde hace años juega en el Rubin Kazan ruso. Delantero habilidoso, con mucho olfato de gol, es el líder absoluto de un conjunto sin muchas individualidades, donde prima el colectivo por encima de todo lo demás.

La juventud de Azmoun , 23 años, hacen que este Mundial pueda ser un trampolín en sus aspiraciones de fichar por un gran club europeo. Son muchos los que le siguen desde hace tiempo y de su actuación en Rusia dependerá en buena parte su futuro.

Este joven talento, que jugó en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, es uno de los mejores jugadores de Irán para el futuro. El problema para Queiroz es que no va a poder disputar el primer partido , el más importante quizá para la selección asiática. A sus 21 años, Ezatolahi representa el porvenir del equipo de Irán.

Junto a ellos, Queiroz tiene poco talento de donde tirar. Ghoochannejhad, Ansarifard y Dejagah son sus otras opciones para encontrar esa segunda victoria en un Mundial que persigue desde hace tiempo Irán. Para ello, el duelo ante Marruecos del estreno aparece como la mejor opción. Si lo ganan, un empate ante Portugal o España podría meterles en la siguiente fase. Un sueño que en el seno del vestuario no descartan.