Portugal 0 - 1 España

El milagro de Braga: un gol de Morata alcanza la final

Nations League

La selección sobrevive gracias a Unai, reduce el partido a la última media hora y acaba logrando la victoria que necesitaba

Pedri y Gavi dan la vuelta al calcetín

Resultados y clasificaciones

Morata y Jota saltan por el balón Efe

Sobre un escenario extraño, con gradas solo en los laterales y montañas en los fondos, naturaleza, España se metió de nuevo en la final de la Nations League. Tal vez sin merecerlo, jugando solo al final, viviendo de Unai, pero logrando la victoria que necesitaba. ... No se atrevió a discutir a Portugal hasta la última media hora, prefirió ponerse casi siempre por debajo de ella, pero el reloj le dio la razón. El arreón postrero fue suficiente. Gol de Morata. El milagro de Braga.

De repente, Luis Enrique se bajó del Barcelona. De mirarse en su espejo y alinear a todos sus jugadores, seis, ante Suiza, a quedarse solo con el yerno para medirse de inicio a Portugal. Siete cambios con respecto al naufragio de Zaragoza para afrontar la final de Braga, obligado sí o sí a la victoria. Con tres defensas nuevos (esa línea que el técnico, un cachondo, retrató como la más potente de la selección), un centro del campo modificado de arriba a abajo y un nueve puro en ataque, de vuelta al Morata y diez más.

Fernando Santos goteó sobre el césped parte del talento individual que colecciona en su convocatoria (no caben tantos en un mismo once), conservando a Cristiano, pese a su indisimulable decadencia. Leídas las alineaciones, nombre a nombre, intimidaba mucho más la lusa.

España contestó la aparente diferencia con el habitual y engañoso paso adelante de Luis Enrique ante las selecciones más grandes. Sin encerrarse, ajustando y adelantando la línea y alargando las posesiones como mecanismo de defensa más que de ataque. Más interesada en la posesión que en la creación de peligro, renunciando a la profundidad. Hasta Unai participó como uno más en las circulaciones, larguísimas, de 30 y 40 toques cada vez, que dirigían sobre todo los centrales. Tenía que ir a por el partido, no le quedaba otra que ganarlo, pero el plan apostaba por tomárselo con calma.

Portugal 0 - 1 España

Nations League

  • Portugal: Diogo Costa; Cancelo, Danilo, Rubén Días, Mendes; Neves (Joao Félix, m.89), William Carvalho; Bruno Fernández, Bernardo Silva, Diogo Jota; y Cristiano.
  • España: Unai; Carvajal, Guillamón (BUsquets, 46'), Pau, Gayá; Soler (Pedri, 60'), Rodri, Koke (Gavi, 60'); Ferran, Morata y Sarabia (Yeremy, 60').
  • Goles: 0-1. M. 88: Carvajal cuelga desde la derecha, Williams la pone al área chica y Morata empuja a la red.
  • Árbitro: Orsato (Italia). Villamón, Bernardo Silva, Carvajal, Mendes y Joao Félix.
  • Municipal de Braga;

Portugal puso más intención cuando encontraba el balón, pero le duraba menos en sus zapatos. Y también generaba mucho más peligro. Los centros desde los costados desataban otra vez el pánico en el área española (¡la línea más potente!), sus desmarques y sus contras asustaban. No lo necesitaba, pero buscaba el gol, remataba. Y España vivía cada sorpresa al borde del infarto, sin autoridad, sin contundencia, sin seguridad. Se quitaba de encima las acometidas lusas a golpe de histeria.

Unai provocó algún sobresalto por su parsimonia con la pelota, tentando a la suerte con el pie, pero también evitó destrozos con sus paradas. Sobre todo una mano prodigiosa a tiro de Diogo Jota (ese genio que estuvo en el Atlético y al que Simeone no supo ver, ni lo miró) que permitió llegar a su equipo hasta el descanso con el 0-0 que en el fondo parecía estar buscando. Como si tabla de clasificación fuera mentira.

La segunda parte descorchó una sorpresa. No tanto por la entrada de Busquets como por el nombre a sustituir, Guillamón (tenía una amarilla), un central. Rodri fue el que bajó a su puesto. Pero el aspecto del partido no se modificó. La superioridad lusa, no solo la sensación, se agrandó. España perdía cada vez más rápido pelotas ridículas y letales (Carvajal), ante las que Unai siguió con la capa puesta apagando fuegos (un mano a mano a Cristiano).

Sobre la hora de juego, sonó el despertador. Luis Enrique se acordó que necesitaba otro resultado y cambió nombres (entraron Gavi, Pedri, de vuelta al Barça, y Yeremy), predisposición y plan. 30 minutos para perseguir el pase a la final o de perderla del todo. Lo horizontal se volvió vertical. El riesgo (Carvajal salvó un gol sobre la raya, Cristiano se durmió luego) a cambio de la flauta (minuto 70, Morata estrenó los tiros a puerta de España).

El suspense se mantuvo hasta el final, Portugal sintió un buen rato el peligro en el cogote, la media hora en la que España se dejó de especular y se animó a jugar al fútbol y buscar el gol. Hasta que lo encontró. Un balón cruzado de Carvajal, el toque de Nico Williams y el remate final de Morata. El milagro de Braga.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios