Fútbol
Grietas, dimisiones y palmeros al son de Rubiales en la Federación
Alfombra roja para el presidente ante sus fieles en una asamblea que acababa provocando un incendio descomunal en el el fútbol español
Jenni Hermoso desmiente a Rubiales y las jugadoras no volverán a la selección si «continúan los actuales dirigentes»
Asamblea extraordinaria de la Federación celebrada este viernes
Finalizadas las explicaciones de Luis Rubiales ante la asamblea extraordinaria de la RFEF, las redes sociales entraron en combustión con comentarios, mayoritariamente críticos, hacia el presidente, mucho más cómodo en el refugio del Salón Luis Aragonés arropado por su séquito federativo (aunque con ausencias ... ya anunciadas el día anterior como la del presidente de la territorial vasca) e invitados de su cuerda. También por sus tres hijas, a las que se dirigía y ponía en el foco en varios momentos de una intervención con una traca sorpresiva para Jorge Vilda, en primera fila junto al responsable de la selección masculina.
Sentado a la derecha de Luis de la Fuente, el responsable de la selección femenina conocía la intención de su jefe (que para entonces ya había soltado el bombazo de la jornada con su «no voy a dimitir») de renovarle en el cargo con un importante aumento de sueldo. Eufórico, crecido pero sin perder en ningún momento la seriedad en el rostro, Rubiales no tenía reparos en desvelar cifras. «Te invito a que te quedes con nosotros los próximos cuatro años cobrando medio millón de euros al año. Voy a decir lo que ganas, que no es el medio millón que decían algunos, son 160.000, 170.000 euros», aclaraba.
Vilda y De la Fuente no se escondieron y aplaudían varias intervenciones de su presidente, al igual que Sonia Bermúdez, al frente de la selección femenina sub-19. Más cautos se mostraban otros miembros del organigrama federativo, como Santi Denia o David Gordo, su ayudante en la sub-21, a los que se vio en todo momento con caras de circunstancias.
Algunos árbitros no quisieron pasar la oportunidad de abrigar a Rubiales en una jornada dural. No hubo tarjeta roja del extremeño Gil Manzano o el riojano Soto Grado, que no le fallaron ni le negaron el aplauso. Un jabón que también recibía de uno de los dos asambleístas que tomaron la palabra en el turno de ruegos y preguntas. Saltándose el guion, José María 'Choco' Mazuecos, modesto jugador de Tercera Federación, aprovechaba la ocasión para alabar la gestión y las mejoras introducidas por Rubiales en el fútbol de las categorías inferiores. Hermano de un abogado externo de la RFEF, según confirmaba ABC, y miembro de la plantilla del Huétor Tájar, equipo entrenado por Jesule (un íntimo de Rubiales desde la época en la que coincidieron en el sindicato AFE), el veterano lateral tendía una alfombra roja que se convertía en un camino de espinas para el mandatario minutos después de finalizar la asamblea.
El estallido de las bombas al argumentario de Rubiales se fue sucediendo. Con el anuncio de su dimisión como presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino y la renuncia a su vicepresidencia en la Federación, Rafael del Amo, responsable de la territorial navarra, abría la caja de los truenos y originaba un seísmo cuyas réplicas no pararon ya a lo largo de toda la jornada. Presidentes de territoriales como Javier Landeta (vasca), Juan José Arencibia (Las Palmas) o José Ángel Peláez (cántabra) continuaron sus pasos renunciando a sus cargos y responsabilidades en la Federación Española.
El Athletic informaba a última hora de la tarde de su renuncia a ocupar su condición de miembro de la junta directiva de la RFEF, pero era el Espanyol el club que abría la lista de comunicados de equipos críticos con las explicaciones y el enrocamiento de Rubiales, que acababa provocando un incendio que se fue extendiendo a todo el fútbol. Los departamentos de comunicación de otros muchos clubes hicieron públicas sus notas a lo largo de todo el día, pero varios futbolistas, como David de Gea, también se manifestaban a nivel individual. «No sé si en algún momento volveré a ser una opción, pero he tomado la decisión de no volver a la selección hasta que las cosas cambien y este tipo de actos no queden impunes», anunciaba Borja Iglesias, jugador del Betis, desde su cuenta en la red social X.
La asamblea en la que se esperaba el anuncio de la dimisión de Luis Rubiales acababa ahondado la tensión y las gritas en el fútbol español.
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