Fútbol

Adiós a la infalibilidad blanca en las finales

Supercopa de España

El Real Madrid había ganado 17 de las últimas 19, y no perdía una desde la Supercopa de Europa de 2018

Xavi revienta el libreto de Ancelotti

Benzema se dispone a sacar de centro AFP

Camino de los vestuarios, nada más señalar De Burgos Bengoetxea el final de la primera mitad, Benzema se fue directamente a por Camavinga. Charla intensa y gesticulante entre ambos que representaba el desastre de partido que estaba haciendo el equipo blanco. Carvajal, de los más ... señalados, también echaba fuera su frustración reclamándole al colegiado que hubiera pitado no se sabe quién. El desconcierto era total.

Desde la conquista de Copa del Rey, en abril de 2014, el Real Madrid había jugado hasta este encuentro 19 finales con un brillante balance de 17 ganadas y solo dos pérdidas. Cinco Champions, una Copa del Rey, cuatro Mundial de Clubes, cuatro Supercopas de Europa y tres Supercopas de España. Solo había perdido dos, la Supercopa de España de 2014 y la Supercopa de Europa de 2018, ambas ante el Atlético de Madrid. La racha era aún mayor para Ancelotti, que llevaba desde 2010 sin perder una final. La estadística era totalmente blanca, pero anoche el Madrid jugó una de las peores finales que se le recuerda en mucho tiempo. Son 17 de 20.

La derrota, aparte de producirse en un terreno en el que el Madrid ha demostrado ser casi intocable durante la última década, tiene el daño doble de producirse ante el Barcelona, con todo lo que ello conlleva. A mediados de enero, en el ecuador de una Liga que los azulgranas lideran con tres puntos de ventaja, y con el Mundial de Clubes y la Champions a la vuelta de la esquina, el golpe es más moral que de metal. Solo ha perdido una Supercopa de España, pero el intangible que el Madrid se dejó en Riad puede tener un peso importante en lo que resta de temporada. Y vienen curvas.

Lo único positivo que se trajo de la final el Madrid, y de esta semana en Riad, es el regreso total de Courtois. Fue el mejor en la semifinal contra el Valencia y evitó una hecatombe aún mayor ante el Barcelona. Tras una primera mitad de la temporada marcada por una delicada lesión en la parte baja de la espalda y un Mundial con algún error impropio de él, Thibaut ya ha puesto la velocidad de crucero. El problema es que el resto de sus compañeros siguen con la cabeza, y las piernas, en Qatar.

El primer título de Xavi como entrenador azulgrana fue celebrado por todo lo alto en el verde, pero también en las gradas. Había mayoría de aficionados blancos, pero los saudíes no son de clubes, sino de jugadores. Si había que cambiarse la chaqueta a mitad de encuentro para celebrar, se hacía. Y eso sucedió. Lo que al principio del partido eran abucheos, se convirtieron en aplausos y gestos de felicidad. El público del King Fahd Stadium pasó de gritar «Benzema, Benzema» a corear a Messi, que no estaba presente, pero seguro que celebró en París la victoria más deseada por el barcelonismo.

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