La llorona

Lo de ayer del Kun fue otro deplorable ejemplo de lo que es no sólo la prensa catalana sino Cataluña en su momento actual: ninguna pregunta incómoda, ningún indicio de ninguna relación mínimamente sana con la realidad, y todos a llorar como dementes, sin que nadie demostrara ningún criterio ni ninguna profesionalidad. Nadie cuestionó el sentido del fichaje, nadie preguntó si el seguro cubrirá los gastos, nadie ha escrito sobre el cinismo de Pep Guardiola, que da al Barça sus descartes más horrendos haciéndose el que nos ayuda cuando sabe perfectamente que no van a funcionar. ¿Qué ha dado Pep alguna vez que tuviera algún valor? ¿Qué generosidad ha mostrado? También él lloró cuando el Kun se marchó del City: fue de puro contento, mientras se ajustaba el lazo amarillo en la camiseta de Open Arms. Este es su amor por el Barça, por Cataluña. Y ahí está la prensa fregona para ensalzarlo como al ídolo que para siempre nos llevará en su corazón.

El Barça está enfermo y de una enfermedad exclusivamente catalana. Estamos tan resentidos, tan perdidos y tan frustrados que nuestro gran sueño húmedo es que Franco vuelva a entrar por la Diagonal para poder llorar de verdad.