De Gea inaugura su bunker de videojuegos en Madrid

Impresionan las entrañas del edificio. Nada de un cuartucho oscuro con bebidas gaseosas y ganchitos tirados por el suelo. Jugar a videojuegos se ha convertido en un oficio y, como dicen los responsables del proyecto, «aquí se viene a competir» . Dos plantas que cuentan con todos los recursos de una oficina de, por ejemplo, Silicon Valley. Sala de conferencias, cocina, baños y, por supuesto, muchas pantallas y joysticks.

Los integrantes de los tres equipos que conforman Rebels, cada uno dedicado a un videojuego de éxito diferente, son tratados como deportistas. Viven en el mismo edificio, reciben consejos de nutrición (prohibidas las bebidas isotónicas) e incluso tienen una sala de fisioterapia para prevenir y solventar los percances físicos que surgen durante las largas sesiones de competición (hasta siete horas puede llegara a durar una partida).

Tampoco está exenta la salud mental, cada vez más importante en las pistas deportivas y ahora también en los sillones de 'gamer': todos los jugadores tienen una sesión con una psicóloga semanal, además de tener un encuentro grupal. «La motivación y la mentalidad son fundamentales para el éxito en los Esports», explica uno de los mandamases del equipo.

Compareció De Gea durante la inauguración y aseguró que, desde su dilatada perspectiva en el deporte de élite, «los Esports y el deporte tradicional tienen mucho en común». Hablaba el guardameta desde su casa en Mánchester por videoconferencia , con sus estanterías repletas de tantos premios individuales conseguidos sobre el césped como elementos de la cultura pop actual, como cómics o figuras de coleccionista. Una afirmación rotunda y que se refleja en Rebels: no solo hay jugadores, sino que también cuenta con entrenadores, fichajes galácticos, ojeadores y directores deportivos.