El Barça siente el miedo

El partido contra la Real se solapaba con la ida y vuelta copera, tan eléctrica la semifinal contra el Valencia que el Barcelona no puede estar a todas. Se intuye una batalla de las buenas el miércoles y de ahí que Guardiola modificara una vez más su puesta en escena, sorprendida la parroquia con un equipo que se ha visto más veces en el Mini que en el campo de los mayores. Jonathan dos Santos asomó por la medular y a Messi le acompañaron Cuenca y Tello, extremos de toda la vida que dan valor a una profesión cada vez más decadente como la del futbolista de banda. Se aplicaron muy bien, los dos con mucha alegría, y el premio se lo llevo Tello, que a los ocho minutos daba gracias al cielo porque se encargó de allanar el camino. Se presenta un futbolista efervescente , apresurado y rapidísimo en cada carrera, hombre que juega al espacio a las mil maravillas con la cabeza alta. Lo entendió bien Messi, que a falta de puntería se entrega en la asistencia, y el público le reconoce el potencial al chico del filial. [Estadísticas del encuentro]

Sin que fuera de hemeroteca, el Barcelona cuajó un primer acto completo y serio, bien en la presión y dinámico el ritmo pese a que se quedaron en el banquillo Piqué, Abidal, Xavi y Alexis. Cesc hizo de Xavi sin que se le pueda exigir ser tan bueno en esa tarea, pero mejoró respecto a sus últimas entregas y se complementó con un Jonathan correctísimo en todo lo que hizo. El conjunto local tuvo varias oportunidades, pero no anda de buenas con el gol y falla el hechizo porque a Messi se le han apagado las luces . El error, sin embargo, es ése, escribir y lamentar antes de hora su mal fario porque al final siempre asoma y se desquitó con el gol más difícil de todos cuantos pudo marcar.

Hay, como casi siempre, ración de piropos para Valdés, igual de decisivo a los cinco minutos del primer tiempo como en la reanudación, una mano a Ifrán y un pie a Griezmann para maquillar los desajustes defensivos. Con todo, el Barcelona se afeó con la mejora vasca y repitió el mismo error al no finiquitar una noche que parecía resuelta con el tanto de Messi. Un minuto después, la Real creía en la hazaña con el remate de Carlos Vela y el final se enrareció de mala manera con la lesión de Busquets —en camilla a los siete minutos de entrar en el campo— y con el Camp Nou pendiente del reloj. Sonó la bocina y ganó el Barça en la presentación de Tello, lo mejor de un partido extraño.