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David Gistau

Consumo esporádico

Maradona sólo admite que se gane otro Mundial si lo gana él como seleccionador, como en una continuidad taumatúrgica. Ya tuvo su oportunidad

David Gistau

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Me gustó mucho, pero mucho, el disfraz de mago de cumpleaños infantil con el que Maradona se presentó en el sorteo del Mundial. Camisa negra, pajarita amarilla, esa cara que se le va poniendo de Ángel Cristo. Faltaba, en el ojal, una flor de las ... de chorrito de agua. Cuando subió al escenario, en el atril, era como si fuera a hacer un truco de cartas o a serrar en dos mitades a la azafata vestida de folclórica eslava que lo acompañó. Lo que hizo luego fue de Maradona poniendo a parir el juego de Argentina cuando sólo se le pedía un comentario aséptico y breve con el que amenizar la gala. Una respuesta de máquina de tabaco como las que dieron sus colegas, no hay enemigo pequeño, va a ser difícil, tienen grandes jugadores, por ahí. Maradona no. En la época que ha puesto de moda el adjetivo «disruptivo», Maradona se tomó en serio sus atribuciones proféticas y, ya sea porque quiere que todo en la albiceleste se desmorone para que lo llamen como salvador, ya sea porque se lleva mal con ese Sampaoli que tiene faltas de ortografía en los tatuajes, dijo que, jugando como juega, Argentina no gana ni a los escolapios de Móstoles. (Lo de los escolapios no lo dijo, es adorno)...

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