El rearbitraje después de las carreras, el suplicio de la F1

Sucedió este domingo en Austria y el asunto derivó en un beneficio para el ídolo español, Fernando Alonso, aunque con perjuicio para Carlos Sainz, el piloto de Ferrari. Aston Martin encontró una manera legal de ganar plazas y puntos para sus dos pilotos.

El motivo de la apelación para Aston Martin fue que consideraron que no se habían computado todas las salidas de los pilotos en los límites de pista (las líneas blancas que marcan el trazado) y que, por tanto, no se habían aplicado todas las sanciones. Una reclamación de Aston Martin ajustada al reglamento. La FIA admitió el caso como cierto y dijo que había 1.200 acciones para revisar.

La primera parte de la carrera empezó a las 15.00 horas oficialmente y la segunda arrancó algo más de dos horas después, con la apelación citada. Otro partido, en los despachos, la manera de ganar o perder que a nadie gusta, pero que en la Fórmula 1 es moneda corriente y todo el mundo acepta.

Esta vez, como tantas otras en los últimos años, la clasificación final resultaba una incógnita. Imposible saber el resultado definitivo con 1.200 acciones para revisar. Un deporte en modo interino o pasajero, nadie sabe lo que va a suceder una vez los pilotos se han batido el cobre en la pista. Del género absurdo.

La Fórmula 1 vive en Austria una nueva demostración de que necesita cambios estructurales para la manera de arbitrar las carreras. El deporte de la vanguardia y la modernidad en todos los sentidos nunca cierra el resultado instantáneo con la bandera a cuadros. Todo puede cambiar en los despachos. La FIA anunció el año pasado dos modificaciones sustanciales en su método de arbitraje. La creación de una sala de dirección virtual (algo similar aunque ni de lejos tan efectivo como el VAR en el fútbol), cuya función consistía en respaldar al director de carrera para facilitar las decisiones normativas. Y el otro cambio consistió en la eliminación de las comunicaciones de los equipos con el director de la carrera, para evitar tanta interferencia como había.

Nada de esto funciona porque el reglamento de la F1 es tan amplio y sus matices tan interpretables que los veredictos pueden salir por cualquier lado. Y siempre acontece después de las carreras, nunca durante. El matiz más decepcionante.

Es la segunda vez que Aston Martin gana un pleito esta temporada después de un gran premio. Sucedió antes en Yeda (Arabia) con aquella sanción al asturiano por tocar un mecánico el coche 14 durante una sanción, que fue recurrida y ganada.

Detrás de estas apelaciones se encuentra Andy Stevenson, el director deportivo de Aston Martin. Entonces aseguró: «Necesitas tener lista toda la información que respalde tu caso para presentarla a la FIA. Nunca puedes apelar una decisión por capricho. Si comienzas a gritar, la FIA nunca te escuchará. Y, obviamente, me preparo con el reglamento deportivo. Hay que conocerlo al pie de la letra».

El fútbol dispone de un VAR que ha eliminado muchas polémicas, aunque jamás podrá con todas. El tenis ha popularizado el 'ojo de halcón', tecnología indiscutible desde 2006 en la que se detecta si la bola entró o no y con la que se acabaron las protestas. El rugby empezó a utilizar desde 2015 el «ojo de halcón», e incorporó luego la «RefCam», una cámara en el pecho del árbitro que se emplea para registrar la interacción del juez con los jugadores.

En el baloncesto se usa el 'Instant Replay', un circuito cerrado de televisión para asistir a los árbitros en cuestiones polémicas: canastas en el último segundo, agresiones, simulación de faltas y revisión de puntos conseguidos... Normas que pretenden aclarar de forma inmediata las acciones comprometidas y que tratan de no prolongar el juego.