Vettel es insaciable

Según su costumbre, Webber desperdició su trabajo de todo el fin de semana en otra salida penosa. Caso digno de estudio el del piloto australiano, un especialista en dilapidar las ventajas que obtiene los sábados con su pericia y un coche volador. Era el primero y antes de torcer el volante en la primera curva ya era tercero.

Explica Pedro de la Rosa que su problema es el tiempo de reacción, lentitud de reflejos sin más cuando se apaga el semáforo rojo y palpitan los motores. Según el piloto español, la puesta en marcha de Webber es de tres décimas de segundo, mientras que en el resto de sus colegas es de dos décimas. Empieza regalando una décima, lo que en F1 es mucho tiempo.

La escasa aplicación del australiano le entregó el liderato a su compañero Vettel, segundo en la parrilla. El alemán no tiene carencias. Clasifica bien, sale bien y conduce mejor. En un visto y no visto, se escapó del pelotón y puso media vida de distancia con Rosberg, que también había rebasado a Webber.

Alonso se fajó en la parte central del grupo, allí donde se golpean los coches y se rompen los alerones. Recuperó una posición en el primer giro, pero no pudo derrotar a su compañero Massa, que está buscando un futuro nuevo lejos de Ferrari y parece haber recuperado la vitalidad.

La carrera duró unos minutos en lo relativo al vencedor. Vettel se escapó sin réplica y puso de manifiesto los motivos por los que se ha hecho acreedor a cuatro campeonatos. Nadie pudo ni acercarse a él. Antes de la vuelta 30 ya tenía medio minuto de ventaja sobre Webber.

Alonso se incrustó en una hermosa pelea con mucha gente. Hulkenberg, Hamilton, Massa, Di Resta. Salió victorioso en todas después de una potente remontada y de un cambio de estrategia brillante por parte de Ferrari. Pensaba en una única parada y al final tuvo que hacer dos. El último tramo de la carrera fue espectacular por parte del español, sobre todo en una impetuosa salida después de su segunda pasada por el garaje, que le costó una investigación por exprimir la velocidad fuera de la pista al darse de bruces con Vergne. El asturiano encadenó varias vueltas rápidas y tres adelantamientos para finalizar en un meritorio quinto lugar.