TOUR DE FRANCIA
Contador, líder sin miramientos
A Schleck se le salió la cadena, el español salió disparado y domina el Tour por ocho segundos
JOSÉ CARLOS J. CARABIAS
Alberto Contador vuelve a ser líder del Tour en la edición que tenía peor aspecto para él. Lo consiguió después de una imagen polémica que marcará la carrera de este año. El salto de cadena del líder Andy Schleck en el puerto de Balés y ... la salida en estampida del español, lanzado desde atrás. Gracias a esa avería mecánica, el madrileño tiene ocho segundos de ventaja para afrontar dos etapas más en los Pirineos y la contrarreloj de cierre de 54 kilómetros.
Ningún triunfo de Alberto Contador ha sido plácido. Serán las entrañas de un deporte convulso, que en los últimos tiempos más parecía una crónica de sucesos. En 2007 Michael Rasmussen fue expulsado por su equipo, el Rabobank ante presuntas sospechas de dopaje. En 2009, convivencia envenenada con Lance Armstrong en el manto del Astana. Y en 2010, el salto de cadena de Schleck.
El luxemburgués atacó en las rampas del Balés y sacó unos metros (10 ó 15) a Vinokourov y Contador. Pero justo en ese instante supremo, el engranaje de su bicicleta falló y se quedó frenado. Contador, que venía lanzado desde atrás, propuso para el debate un dilema ético en el deporte. Él aceleró. Aprovechó la circunstancia de carrera para agarrar sus posibilidades de triunfo. Caso típico. ¿Qué hacer si hay un jugador lesionado en el último minuto de la final del Mundial de fútbol? ¿Qué hacer si un piloto se sale con su moto en la última curva?
Contador podría haber seguido su paso sin atacar, simplemente a su ritmo y que el líder quemase sus naves por detrás. Lo que sucedió fue una pleitesía de la imagen. Se le vio como un cohete por televisión, mientras Schleck se paraba a arreglar su bici. En ese intervalo pudo jugarse el Tour, igual que el otro día se benefició Schleck del plante de Cancellara para evitar que su líder lo perdiese todo por una caída en tierras belgas.
Contador, Samuel Sánchez y Menchov pusieron a Schleck contra las cuerdas en el descenso del Balés. El líder apenas pudo contar con la colaboración del belga Van den Broeck para mitigar los daños. Y en la meta de Bagneres, donde ganó Voeckler, se dejó 39 segundos y el maillot amarillo.
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