El embajador de Italia denuncia el patrocinio de 'La Mafia se sienta a la mesa' al Casademont Zaragoza

Giuseppe Buccino Grimaldi, embajador italiano en España desde el 1 de junio, ha enviado una carta a Reynaldo Benito, presidente del Casademont Zaragoza, en la que muestra su indignación por tal acuerdo. El motivo no es otro que el nombre de ese patrocinador, considerado ofensivo por la República Italiana y la mayoría de sus ciudadanos.

El acuerdo fue anunciado hace siete meses por el club zaragozano, que definía a 'La Mafia se sienta a la mesa' como «una marca de restauración italo-mediterránea, fundada en el año 2000 en Zaragoza. Desde su inicio los pilares de la compañía son la innovación constante, la calidad en los productos y la formación continua. (...) En sus más de veinte años de trayectoria, se ha convertido en un referente y fiel importador de la gastronomía italiana en España, garantizando una materia prima de calidad y una carta con auténtico sabor italiano, marcando además tendencia en decoración dentro del sector. Actualmente cuenta con más de 60 unidades operativas en España y Portugal».

Para el embajador italiano, «la noticia de la colaboración entre un importante equipo de baloncesto español y esta cadena me ha perturbado», añadiendo que «la Mafia representa un fenómeno criminal (...) Asociar a la Mafia con conceptos de cordialidad y de relajación, basándose en el hecho de que la Mafia 'se sentaría a la mesa' para compartir una comida, contribuye a la banalización de las actividades ilícitas y fechorías cometidas por dicha organización, que van en contra de los valores fundamentales de la Unión Europea, como el respeto de la dignidad humana y la libertad».

Bucccino Grimaldi también afirma en su carta que «esta marca es contraria al orden público y ofensiva, no solamente para las víctimas de esta organización criminal y sus familias, sino también para cualquier persona que, en territorio de la Unión, se encuentre ante dicha marca y posea umbrales medios de sensibilidad y tolerancia».

Por último, el embajador italiano recalca que esta «marca y su asociación al deporte, como si fuese algo normal, son entonces algo que no pasa desapercibido y que causa en cualquier italiano un sentimiento de malestar, aunque se encuentre en un país tan amado y cercano como España, y que afecta a muchas más personas, independientemente de su nacionalidad».