Un apagón acaba con el sueño de España en el Mundial sub-17

En las cinco ediciones anteriores de esta Copa del Mundo sub-17 nadie había conseguido ganar a Estados Unidos. 43 victorias y ninguna derrota para los americanos, que tampoco se habían visto inquietados en Málaga. El Martín Carpena había sido hasta anoche un escenario amable para ellos, capaces de apabullar a sus rivales y de plantarse a la final con seis triunfos y un promedio de 44 puntos de diferencia. Nada de eso metía miedo al vestuario español, confiado en sus posibilidades. Un grupo que ha crecido sin complejos gracias a que aquella victoria de Lisboa encargó muchas alegrías posteriores. Confianza que vivió un impulso inesperado con la visita de varios de aquellos júnior de oro tras la victoria de semifinales el sábado.

Pau Gasol, Navarro, Reyes y Cabezas quisieron estar con ellos en este fin de semana histórico junto a otras leyendas del baloncesto nacional como Llull, Calderón, Carlos Jiménez o el propio Garbajosa, mandamás de la Federación y orgulloso anfitrión del evento. El abrazo colectivo tras ganar a Francia terminó por convencer a los chavales, que salieron muy enchufados a la final. Tanto que al final del primer cuarto ya mandaban por siete puntos, que se estiró un poquito más al poco de comenzar el segundo (25-17, min. 12).

España había conseguido enjugar el físico americano e imponía su talento arropada por el Carpena. Volaba la selección, cuya superioridad momentánea quedó patente con un mate estratosférico de Hugo González. Sufría Estados Unidos como no lo había hecho en todo el campeonato y veía cómo sus miedos atenazaban la muñeca. No entraban los triples de los americanos y la selección caminaba feliz hacia el descanso, al que llegó con una renta de cinco puntos que era un tesoro (38-33).

Elevó su intensidad el equipo de Lamar White y eso empezó a complicarle la vida a la selección. La presión alta de los estadounidenses fue una pesadilla para España, cuyo apagón al final del tercer cuarto empezó a decantar la final. Un parcial de 20-3 le dio la vuelta al marcador y puso muy cuesta arriba el partido para los locales (51-62, min. 30).

Aun así, lo intentó la selección, subida al acierto de Hugo González (16 puntos) y al derroche de Aday Mara, perfecto en defensa y muy acertado en este último cuarto. El pívot sumó nueve de sus 16 puntos finales en el inicio del periodo decisivo, insuficientes ante lo que ya era un rodillo americano. Un martillo que derribó la resistencia nacional, pero que no empaña un torneo maravilloso que sirve para ilusionar otra vez como lo hicieron aquellos júnior de oro. Generación de plata que tendrá una nueva oportunidad de coronarse en unos años y de tomarse una revancha merecida.