El Real Madrid recupera la alegría en su vuelta a la ACB

El Morabanc Andorra buscó pescar en esa zozobra durante los primeros minutos. Tanteo de incertidumbre en el que el equipo de Peñarroya mantuvo el tipo a pesar de la desesperación del técnico por la laxa defensa de sus jugadores. Tanto, que no habían pasado ni tres minutos y ya había movido el banquillo en busca de dureza en la retaguardia con la que frenar las canastas fáciles del Real Madrid (16-17).

Tardó en calentar el equipo de Laso, pero cuando lo hizo se acabó el partido. La exhibición coral de los madridistas (todos menos Randolph habían anotado antes del descanso) rompió el choque en un suspiro (39-21, min. 15) y acabó con cualquier esperanza de victoria visitante.

Lejos quedaba esa imagen de equipo luchador que había puesto contra las cuerdas al Madrid en los tres duelos, todos resueltos en la prórroga, en los que se habían visto las caras esta temporada. Sólo Shermadini (11 puntos), Stevic (8) y Antetokounmpo (7) mantenían el tipo , aunque más en ataque que en defensa. Atrás, el Andorra era un solar que permitía demasiadas alegrías.

Al descanso, el Real Madrid había sumado ya 52 puntos con un Llull magnífico en la dirección ( 15 asistencias, récord de la ACB ), lo que edificó una muralla demasiado alta para los andorranos de cara a la segunda mitad. Aún así, los de Peñarroya nunca bajaron los brazos , dejando entrever ese espíritu rebelde que les ha llevado hasta los playoffs y que, a buen seguro, aparecerá de nuevo el viernes en Andorra.

Con el choque resuelto, Laso aprovechó para mimar a sus jugadores y restañar heridas con los más dañados. Con Doncic y Ayón, pero también con Felipe Reyes y Nocioni, inéditos ante el Fenerbahçe . Todos se apuntaron a la fiesta para ir ganando en sensaciones de cara a los siguientes encuentros. Hasta Randolph, desaparecido en la primera parte, se destapó con un tercer cuarto espectacular en el que anotó 14 puntos. Enfrente, Peñarroya se guardó las armas y dio un respiro a sus hombres pensando en el viernes, su último intento por alargar una temporada que está siendo magnífica para su equipo.