El imparable ascenso de Usman Garuba

El pívot español, de físico privilegiado si se habla con modestia, se ha convertido en un especialista en atravesar las clásicas barreras que condicionan la progresión de las jóvenes promesas. Debutó en el Real Madrid con 16 años (el tercero más joven en la historia de la ACB) y un año después ya era titular, un paso que ni el mismísimo Luka Doncic fue capaz de dar con tanta precocidad. Desde entonces todo ha ido rápido, quizás demasiado, pero sobre el parquet Usman no ha demostrado más que baloncesto de alto nivel aderezado por el inevitable pecado de la juventud. Además, esta llamado a encabezar, junto con otros jugadores como los hermanos Hernangómez, Abalde, Alocén o Brizuela la próxima generación del baloncesto español.

Este año, con el Real Madrid y pese a no contar con ficha del primer equipo, el jugador de raíces africanas ha sido uno de los clavos a los que el deprimido equipo de Pablo Laso se ha agarrado para avanzar en la temporada. Seis puntos y cinco rebotes han sido sus credenciales, números nada desdeñables si hablamos de un jugador de 19 años y que pasa de los dos metros por poco. Además, todo parece encaminado a que el jugador abandone su actual equipo tras los Juegos para continuar su carrera en la NBA . Según los ojeadores de la la liga estadounidense, puede ser elegido como uno de los primeros 15 jugadores del draft, zonas de la lotería reservadas a los mejores proyectos baloncestísticos del mundo.

«Tengo la suerte de convivir con Usman todo el año y es consciente de que el trabajo es lo más importante», apuntaba el pasado lunes el capitán Rudy Fernández en la presentación de la selección. El escolta reveló que Garuba, a pesar de su meteórica carrera, ha sido guiado en los últimos años por una figura como la de Felipe Reyes , recientemente retirado. «Tiene referentes y él sabe que si quiere ayudarnos, como está capacitado para hacer, tiene que trabajar. Lo más importante es que tiene la ilusión de 19 años que quiere entrar en este equipo».

Ante las bajas de Mirotic e Ibaka, Garuba, si Scariolo lo ve oportuno, añadirá al equipo en los Juegos ese perfil diferencial que permitirá medirse a los grandes equipos del torneo, esos contra los que el baloncesto fluido a veces no es suficiente. Como recordaba Pau Gasol, las medallas olímpicas son el premio de más difícil acceso, y la defensa y explosividad de Garuba se antojan como necesarias para alcanzar los metales. Contra Irán el próximo sábado, el jugador podrá demostrar si es válido para ser uno más de 'la familia'.