Será este jueves por la tarde cuando Guardiola se desplazará hasta la prisión para visitar a su defendido y comenzar a trabajar en el recurso, que formalizará ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). A pesar de haber admitido que la pena impuesta, cuatro años y medio, es baja -seis meses más que la pena mínima-, por la atenuante de reparación del daño -al haber consignado los 150.000 euros de indemnización ante el juzgado- no están conformes con el fallo, porque Alves mantiene que las relaciones fueron consentidas. Una versión que descarta la Sección 21, al considerar que «sometió con violencia» a la víctima.
La condena impuesta supone que el ex lateral del Barça puede, desde ya, solicitar un permiso ordinario para salir de prisión. Una solicitud que «no es inmediata» y que tendrá que estudiar servicios penitenciarios. Además de la pena de prisión, la Audiencia Provincial también ha impuesto a Alves cinco años de libertad vigilada, y una orden de alejamiento de la víctima durante nueve años y medio.
La resolución considera probado que el brasileño «cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y, evitando que pudiera moverse, la penetró vaginalmente, pese a que ella decía que no, que se quería ir». Apuntan así los magistrados de la Sección 21 que «con ello se cumple el tipo de ausencia de consentimiento, con uso de la violencia, y con acceso carnal».
El fallo sostiene que «existen suficientes corroboraciones periféricas que apuntalan la versión de la denunciante en lo referido a la penetración vaginal inconsentida». Entre éstas, la lesión en la rodilla de la joven que, según el tribunal, es «producto de la violencia usada por Alves para agachar a la denunciante y así colocarla en el suelo. Queda claro que la lesión se produjo en ese momento, al haber declarado un trabajador de la discoteca donde ocurrieron los hechos, que le estuvo curando la herida».
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